Hipólito: lanzado a la aventura y la derrota
Una aventura política y no otra cosa es la que ha decidido trillar el político conservador, ex presidente de la república y figura carismática de la fauna política dominicana, Hipólito Mejía. Forzado por las circunstancias, y por decisiones poco política tomada en el discurrir de la última crisis de su otrora partido, el PRD, expulsado y sancionados otros, Mejía decide crear otro partido, aun indeciso en el nombre, aunque algunos de sus voceros insisten en que se llamará Partido Revolucionario Mayoritario, en un claro indicio de la imposibilidad de desprenderse del imbatible PRD. Y es que Miguel Vargas, cual calculista avezado, le ha ganado todas las batallas, la legal, la política, la institucional, y de seguir el ritmo que lleva le ganará la mediática. Hipólito Mejía desde que, contrariando los lineamientos del PRD, lanzó desde su gobierno la fracasada reelección, expulsando a Hatuey de Camps y otros emblemáticos dirigentes, no ha podido acertar en sus decisiones políticas. A tal punto fue tan desacertada la decisión de la reelección de Hipólito Mejía que, además de las expulsiones de líderes del partido blanco, de castrar legitimas aspiraciones y el necesario relevo dirigencial, entregó a la organización desmoralizada, en un porcentaje de los más bajos obtenido en contienda electoral alguna. Es en esa circunstancia que el Miguel Vargas, tesorero del PRD y fiel discípulo del líder Pena Gómez, visita casa por casa, paraje por paraje a los dirigentes medios y de base del partido blanco, organizando y reagrupando, bajo la predica de restaurar los principios, modernizar el partido y adecuarlo a los nuevos tiempos. Cuando el caudillo y ex presidente Hipólito Mejía vino a despertar ya era tarde, Miguel Vargas había construido un liderazgo demasiado fuerte, y la dirigencia y estructura del PRD estaban en sus manos. Hipólito Mejía intentó agrupar fuerza, y demasiado tarde se lanzó a la búsqueda de la candidatura presidencial. Sin fuerza interna dominante, Mejía se buscó de aliado al PLD para poder ganar la convención interna a Miguel Vargas. Miguel Vargas le demostró, con documentos y pruebas testificales que más de 300 mil peledeistas y reformistas estaban inscrito en el padrón del PRD, y que ahí residió la trampa para ganarle con malas artes la nominación presidencial. Pero el error mayor fue de Miguel Vargas porque con el dominio del PRD, permitió que se estructurada una comisión organizadora desfavorable a él, pero además, un padrón abierto donde votaría todo el mundo, sea o no militante del partido. Miguel Vargas le faltó visión, determinación política, porque debió librar el pleito enconado desde aquella ocasión y no prorrogar la lucha interna. Mas cuando se sabía ganador y tenía el control absoluto del partido. No obstante a todo ello, el hueso le salió duro de roer a Hipólito Mejía, terco como el que mas, Mejía se negó a negociar y reconocer institucionalmente y legalmente la fuerza de Miguel Vargas, prefirió buscarse de aliado a reformistas y algunos peledeistas, y de proclamar en círculos intimó que quebraría y sacaría del partido a Miguel y a Leonel Fernández lo metería preso. Siendo así, “guerra a visada no mata soldado”, por lo que Leonel empleo toda su astucia, poder y artimañas para no dejarle pasar. Se le agregaron en contra del PRD, las declaraciones desacertadas que a diario ofrecía Hipólito, que sin lugar a duda les restaron voto y apoyo de diferentes sectores nacionales. Miguel Vargas en cambio decidió hacer lo que la circunstancia le permitía, apoyar institucionalmente a su partido y el candidato Hipólito Mejía. Al perder las elecciones bajo esas circunstancias, había que buscar un culpable, Hipólito y su grupo eligió a su archirrival Miguel Vargas, endilgándole todo tipo de inconducta contra el partido y la candidatura de Mejía, todo para llegar a donde querían, que era acusarle de traidor, es ahí que Hipólito y su grupo se reúnen y disque expulsan a Miguel del PRD. Pero no contaban con los cálculos, la perseverancia y astucia política del nuevo líder del PRD, Miguel Vargas, y todo se le revirtió en contra. Continuara…