Hasta luego, Tony de Moya

Ha fallecido, sin decir adiós, el psicólogo, maestro y ser humano excepcional Tony de Moya.  Nos unió una amistad de más de cuarenta años, una visión particular sobre la vida  y la definición de un trabajo en función de los demás.

Cuando nos conocimos Tony me llevó el manuscrito de un libro sobre “Psicología Comunitaria”, al regresar de un viaje al exterior, encontró su libro publicado.  Yo lo había encontrado, para ese momento, excepcional y trascendente. Fue de los primero libros sobre el tema de un autor dominicano.

Fue siempre un psicólogo rebelde, contestario, crítico, que hizo ruptura con los psicólogos tradicionales de consultorios lujosos, de una psicología clínica, individual y biologista.  Entendía que en una sociedad como la nuestra, el psicólogo debía de insertarse en la comunidad y darle respuesta a los problemas colectivos.

Pero esto tenía su precio a nivel del ejercicio profesional, ya que era un desafió a una mitología de la psicología al servicio del pueblo y no de las elites, cuyas consecuencias se insertaban incluso a nivel económico, ya que por ese camino, tal como sucedió a la hora de su muerte, no sería rico.

Pero tenía sus compensaciones personales y científicas.  Tony de Moya era un maestro, un sabio, un gurú, un investigador, que aportó en sus áreas de trabajo para la definición y el desarrollo de una psicología dominicana y un cuestionamiento a la psicología tradicional, mantenida como dogma alienado en academias colonizadas, tal como lo demostrará en su libro inédito que publicará en dos tomos la UASD sobre “Apuntes de la Psicología Social Dominicana: Más allá de la anécdota”.

Fue pionero y trascendió a nivel nacional-internacional en sus investigaciones y propuestas en la prevención, educación y comunicación del VIH, convirtiéndose sin dudas en el mejor conocedor de esta tragedia.  Nos encontramos varias veces en los bateyes, donde intercambiamos opiniones y nunca supe que el discriminara a nadie por ser dominicanos y/o haitianos en estos procesos.  Entendía que el problema no era únicamente clínico, sino que valorizó el papel del pensamiento y de la cultura para enfrentarlo.  Por eso nunca tuvo aprensión  ni discriminación con el Gagá.  Todo lo contrario.  Era un espacio fundamental para su trabajo.

tony de moya
Tony de Moya

El pueblo dominicano y el pueblo haitiano deben de sentirse orgullosos, como estoy yo, de poder compartir y hacer posible que la psicología fuera utilizada para enfrentar objetivamente el VIH y que existiera con esa conciencia y esa visión ideológica Tony de Moya, el psicólogo de pueblo, que cambió la clínica por la comunidad y el cientificismo por la ciencia.

Tony de Moya sabio “guguansé”, respetuoso de la ciencia, mi psicólogo preferido, poseedor del “don” de los ancestros, dueño de la sabiduría de los antepasados, “hasta luego”, hiciste tu trabajo.

 

 

 

 

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