Hacia nuestra identidad nacional
Conocer el territorio de una nación es una experiencia enriquecedora y máxime cuando se trata de la tuya propia. Los pasados días 22 y 23 del presente mes visitamos la línea fronteriza norte, viaje de reconocimiento, requisito de la maestría en seguridad y defensa nacional, de la escuela de graduado de altos estudios estratégicos, del instituto superior para la defensa, del ministerio de Defensa. La primera parada fue la fortaleza general Fernando Valerio sede de la segunda brigada de infantería del ejército, en la ciudad de Santiago, que es sede del comando conjunto norte. Allí participamos en una exposición sobre la visión y el rol misional de estas dos unidades, impartidas por los comandantes: general de brigada, Frugis Martínez y el también General de Brigada, José Manuel Castillo Castillo. La siguiente parada fue la fortaleza general Benito Monción, hogar del grupo elite los macheteros y sede de la cuarta brigada del ejército, en la ciudad de Mao, fuimos recibidos por el comandante, un militar de una erudición exquisita, el general de brigada, Vicente Mota Medina y las autoridades civiles de la provincia, realizando para nosotros un panel relativo a sus funciones las cuales inciden en el área de seguridad y defensa, lo que es de interés a nuestra maestría. Otra parada fue el puerto de Manzanillo en la provincia de Montecristi, donde se nos explico el funcionamiento de los procedimientos operativos del mismo, destacando que el fuerte de su operación es la exportación de las bananas que se producen en las plantaciones de la región; allí también visitamos la pirámide número uno que señala la demarcación territorial entre la República Dominicana y la República de Haití. La noche fue exquisita, después de una cena típica, todos los compañeros maestrantes compartimos al sonido de las notas contagiosas de un perico ripia’o pudimos ver a los bien en forma bailarines del grupo. En el cruce fronterizo que perfora la línea fronteriza que nos separa de Haití en la ciudad de Dajabón, fuimos recibidos por el coronel Francisco López Liriano, del cuerpo especializado de seguridad fronteriza (cesfront), nos explicó los procedimientos administrativos de los trámites migratorios y destacó una fuerza especial para nuestra protección, mientras estuviésemos en la zona y asistiéramos al mercado binacional, así como al entrar al territorio de la nación vecina. Más tarde acudimos a la sede del (cesfront) donde fuimos recibidos en nombre del comandante de este cuerpo el general de brigada, Santo Domingo Clase por el coronel, Juan Evangelista Toribio de la Cruz, director de la escuela de capacitación, al junto de las autoridades civiles de la provincia de Dajabón, donde en un debatido panel expusieron todo lo relativo a sus funciones en el área de seguridad y defensa. La experiencia de este viaje ha sido muy importante, porque hemos vivido en carne propia y cara a cara la realidad interna y externa de nuestra nación, sus fortalezas, sus debilidades, los sueños de sus gentes, la entrega de sus soldados, la entereza de sus administradores, pero también las carencias que se agrupan y que parecieran demandar la asignación de unos recursos que nuestra nación en su estadio de transición carece. Hemos conocido la problemática situación de la inmigración haitiana desde el terreno, una masa carenciada que presiona las finanzas de nuestras agencias de servicios, demandando desesperadamente del Estado dominicano una protección que no recibe del Estado haitiano y lo complejo que se torna luchar contra esa inmigración irregular. Por esto, hay que seguir insistiendo a la comunidad internacional, que queremos ayudar como lo hemos hecho siempre, pero que solos, no podemos, necesitamos que esta juegue su papel, para ayudar a los haitianos en Haití, a construir su futuro. Gracias al ministro de defensa, almirante Sigfrido A. Pared Pérez, al general de brigada, Luis Francisco de León Rodríguez, director de la escuela de graduados de altos estudios estratégicos (egaee), así como a nuestro guía y consejero el coronel, José D. Arias Paredes, subdirector de la escuela, y gracias a todos los compañeros de la XII promoción por compartir esta valiosa experiencia, que redundará en un mayor conocimiento y un mas grande amor por nuestra patria.