FMI alcanzado por nuevo escándalo

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PARIS, Francia (PL).- La inculpación de la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, por negligencia en un caso de corrupción en Francia, es el segundo escándalo protagonizado por un máximo dirigente galo de la entidad financiera en apenas tres años.
El 26 de agosto último la Corte de Justicia de la República (CJR), órgano encargado de juzgar los delitos cometidos por los funcionarios en el ejercicio de sus funciones, decidió imputar a Lagarde por un dudoso arbitraje decidido en la época en que ella era ministra de Economía del gobierno de Nicolás Sarkozy (2007-2012).
Los hechos se remontan a 2008, cuando la entonces titular decidió recurrir a un tribunal privado para resolver la disputa que el multimillonario Bernard Tapie, amigo de Sarkozy, tenía con el estatal banco Crédit Lyonnais.
Tapie, propietario de una de las mayores fortunas de Francia, recibió 403 millones de euros al ganar el viejo litigio con la banca por la venta de una empresa de equipamiento deportivo Adidas en los años 90 del siglo pasado.
La entrega de esa elevada suma al magnate escandalizó a la ciudadanía y varios diputados del Partido Socialista, en ese momento en la oposición, acudieron a la justicia para denunciar el procedimiento autorizado por Lagarde.
Los investigadores del caso intentan dilucidar por qué la ministra prefirió acudir a una instancia privada, en lugar de las cortes ordinarias, cuando estaban en juego fondos del Estado.
Además, la entonces titular de Economía y Finanzas (2007-2011) se negó a presentar un recurso contra ese veredicto y aceptó que se hiciera el pago.
Los jueces sospechan que el arbitraje fue un simulacro, organizado con el conocimiento del gobierno de ese momento, para favorecer al hombre de negocios y amigo del mandatario.
Por ese caso fue acusado de estafa en banda organizada el antiguo director de gabinete de Lagarde y gerente general de la empresa de telecomunicaciones Orange, Stéphane Richard, así como Tapie y otras tres personas.
Mientras, la ex titular de Economía ha sido interrogada en cuatro ocasiones desde que la Corte de Justicia de la República decidió abrir una investigación en su contra en agosto de 2011, apenas un mes después de su nombramiento como directora del FMI.
Si bien en las dos primeras comparecencias ante los jueces evitó ser inculpada, en la tercera quedó como testigo asistida, un escalón por debajo de la acusación, y en la cuarta fue sindicada por negligencia.
Hasta ahora Lagarde se ha negado a renunciar y después de su imputación regresó a Washington para retomar las funciones al frente del FMI.
El Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional, que desde el principio la ha apoyado, reiteró su «confianza en la capacidad» de Lagarde «para desempeñar debidamente sus funciones».
«Como hemos señalado con anterioridad, sería improcedente pronunciarse sobre una causa actualmente abierta en el sistema judicial francés», señaló el máximo órgano de decisión de la entidad financiera en un breve comunicado.
Según las leyes francesas, por el delito de negligencia ella podría ser sancionada a una pena máxima de un año de prisión y 15 mil euros de multa.
Una condena la apartaría del cargo y se convertiría en el segundo directivo francés en abandonar el puesto después de que su predecesor Dominique Strauss-Kahn, conocido como DSK, recorriera esa suerte.
Strauss-Kahn, quien dirigió el organismo entre 2007 y 2011, fue llamado a salir del FMI cuando en mayo de ese último año Nafissatou Diallo, una camarera del hotel Sofitel de Nueva York, lo acusó de agresión sexual.
Meses después el fiscal retiró los cargos al descubrir que Diallo había mentido sobre su pasado para justificar la solicitud de asilo en Estados Unidos.
La camarera interpuso entonces una demanda civil por daños y perjuicios y, al final, el asunto se cerró con un acuerdo monetario entre la denunciante y el empresario francés.
A partir de ahí Strauss-Kahn se vio envuelto en una serie de escándalos, entre ellos el de una red de prostitución que suministraba mujeres en hoteles de Lille, París, Bruselas o Washington.
Todo ello acabó por sepultar las aspiraciones políticas de DSK, quien era visto como seguro candidato a las elecciones presidenciales francesas de 2012.
Si finalmente Lagarde se ve obligada a dimitir también verá truncada una ascensión meteórica que la llevó a ocupar importantes cargos, desde ministra de Agricultura y Pesca; Comercio; Economía, Finanzas e Industria, titular de Asuntos Económicos en el Grupo de los ocho hasta convertirse en la primera mujer en dirigir el FMI.
jt/am

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