Faride Raful y el barrilito

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EL AUTOR es abogado. Reside en Panamá.

Hace tiempo que la sociedad ha estado reclamando la eliminación de los privilegios que alegremente se impusieron los legisladores violando la Constitución. Durante la campaña electoral, los candidatos al Congreso criticaron ardientemente esas prerrogativas, prometiendo que renunciarían a ellas. Pero, después que obtuvieron la victoria, solamente el Ing. Eduardo Estrella, Antonio Taveras y Faride Raful mantuvieron sus promesas.

Los tres representaron la esperanza de que los demás siguieran sus pasos, marcando un “antes y un después” ¿Qué Va! Del dicho al hecho hay mucho trecho, especialmente en un pais donde la actividad política se ha degenerado, hasta convertirse en un oprobio social. Solo el senador Antonio Taveras pudo mantenerse a la altura del Ing. Estrella, quien tiene una trayectoria transparente, enmarcada por la pulcritud y su honestidad.

¿Qué lástima? Ver la incoherencia y el desprestigio opacar el brillo de una mujer, que se perfilaba con un gran futuro político. Y es que, para seguir los pasos de esos dos senadores, se requiere estar dotado de una profunda vocación de servicio y ningún tipo de ambiciones de riquezas, que no provengan de un trabajo honesto, que redunde en beneficio de los demás.

Son atributos muy escasos en una sociedad, azotada por una clase política corrupta e inescrupulosa, que solo busca enriquecerse bajo el amparo del poder. Pero, como dice un refrán popular: No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista. El pueblo ha despertado y así como hizo recular al presidente Abinader con el incremento de impuesto, hará lo mismo para que se eliminen los privilegios de los congresistas.

Están muy equivocados, aquellos que siguen anclados en el pasado, pensando que la sociedad se mantiene estática y pueden continuar engañándonos. ¿Quién le va a creer a la senadora, su alegato de que los recursos serán redirigidos a las verdaderas necesidades en el Congreso? ¿Cuáles son las necesidades de un poder del Estado que en vez de defender al pueblo, le sirve a sus verdugos?

La sociedad celebró la decisión de los tres senadores, con la esperanza de que impulsaban el adecentamiento de una institución tan cuestionada.  Lamentablemente, la actitud de la senadora Fadul, fue un barril de agua, que apagó el sentimiento de la decencia promovido por los dos senadores. Olvidando que nuestras acciones se reflejan y repercuten. Antes de tomar una decisión, que va en contra de los más necesitados, debemos preguntarnos ¿Cómo la sociedad verás a mi familia y los compañeros de estudio a mis hijos?

Recibir una cantidad de dinero, que ningún pobre podrás ahorrar en toda su vida de duro sacrificio y trabajo, para ver como nuestros representantes los usan para sus lujos y placeres sin tener que rendirles cuenta a nadie, es una aberración. Los abusos en contra de un pueblo humilde y trabajador tendrán que terminar.

Con las mil trescientas firmas, que un grupo de ciudadanos depositó en el Congreso exigiendo la eliminación del “Barrilito y el Cofrecito” se inicia una lucha que no terminará hasta que se logre ese propósito. El próximo paso que darán es acudir al Tribunal Constitucional para que declare la abominable ley inconstitucional.

La senadora Fadul está a tiempo para rectificar, colocándose al lado del pueblo y rechazando unos fondos, que violan nuestra Carta Magna,

Eliassam16@hotmail.com

JPM

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Victor L.
Victor L.
3 Años hace

Por incoherente y falta de credibilidad, ya la senadora Raful perdio.

Altagracita Robbins
Altagracita Robbins
Responder a  Victor L.
3 Años hace

Por eso se ganó el mote de FRAUDE RAFUL!