En torno al crimen pasional
Crimen no premeditado, causado por una repentina alteración de la conciencia, motivado por sentimientos como celos, ira o el desengaño. Crimen que se comete bajo el influjo de una conmoción emotiva fuerte e incontrolada. El término tiene su origen en Francia y está usualmente asociado a la historia de ese país. Pero, este tipo de crímenes existieron y existen en la mayoría de las culturas.
Un típico crimen de pasión podría involucrar a una persona agresiva que ataca a otro luego de una disputa o a un marido que descubre que su esposa le es infiel y la golpea brutalmente o incluso a matarla, o bien a su amante o a ambos. Hay que observar que también las mujeres son capaces de un comportamiento violento, por ejemplo en el caso de la francesa Henriette Caillaux a inicios del siglo XX.
En ciertos países, sobre todo en Francia, el crimen pasional constituía una defensa válida en casos de asesinato. Durante el siglo XIX algunas sentencias para los esposos que asesinaban a sus cónyuges podían terminar en un arresto de solo dos años para el asesino, en base a la fugaz enajenación mental sufrida.
A este se le puso fin cuando el Código Civil francés fue actualizado en la década de 1970, de manera que se elimina esa cierta autoridad paterna sobre toda la familia que justificaba la liviandad de la pena. En Estados Unidos, los crímenes pasionales han sido proverbiales asociados con pruebas de los abogados defensores que invocan la eximente de enajenación mental temporal o la provocación.
Esta defensa fue usada por primera vez por el congresista norteamericano Daniel Sickles de Nueva York en 1859 quien había asesinado a Philippe Barton Key, el amante de su esposa, pero fue usado especialmente durante las décadas de 1940 y 1950.
El desequilibrio afectivo que distingue al agente de este delito puede tener su origen, según opiniones de la endocrinología, en el mal funcionamiento de las glándulas de secreción interna, que entre otros factores determinan que las actitudes inspiradas por el impulso sexual lleven a algunos seres al delito.
El esposo, novio, amante, el explotador, el enamorado, el hombre que resuelve por la agresión los problemas de la vida conyugal, el impotente, individuo que quiere encarnar las dotes viriles que narran los relatos donjuanes cos y matan a la esposa, la novia, la concubina infieles, a la mujer infeliz que le entrega el producto de su tráfico carnal.
A la amada que lo desprecia, la víctima de sus castigos y desahogos brutales, a la mujer a cuyo lado no puede tener toda la satisfacción libidinosa que ansía por razones que a ambos son extrañas.
La desgraciada muchacha que no consiente convertirse en instrumento de sus descabellados romances; así como la mujer que mata al compañero como única salida a las penurias y castigos, o los amantes que eliminan al cónyuge de uno de ellos como ilusorio medio para mejorar su situación legal, obran bajo el impulso de ese complejo sentimiento del amor y cometen el delito proverbial llamado “crimen pasional”.
El maestro Jiménez de Asúa, bajo el título de “Crimen pasional”, analiza el homicidio cometido por miedo, cuyos grados de precaución, concentración, alarma, angustia, pánico y terror pueden engendrar extraños fenómenos psíquicos que colocan al individuo en el trance de delinquir; por odio.
Sentimiento que se combina con el anterior y también con el amor, originando el magnicidio o el tiranicidio, en que el agente mata al déspota por amor a sus semejantes, a la sociedad que se ha convertido en su víctima, o a los desheredados que sufren los rigores de una desigualdad injusta, según los devaneos igualitarios del homicida.
El caso típico del uxoricidio por adulterio es resuelto por ciertas legislaciones con la inculpabilidad para el marido, que en algunas ocasiones se hace extensiva a la esposa, cuando descubre al cónyuge en ilegítimo concúbito.
Este criterio, aceptado en otros tiempos por la doctrina, no puede resistir los certeros ataques que le dirigen las modernas corrientes penales, reñidas en la revisión de lo que se ha dado en llamar derecho a matar” y que se presta a las más perversas premeditaciones por parte de quienes se verán amparados con la impunidad que esas leyes consagran para tal clase de hechos.
Los maestros de la escuela positiva señalan un tipo propio de delincuente pasional, mostrando sus características definitivas. Así, Ferri enseña una serie de caracteres psicológicos relativos a la sensibilidad moral del autor que, aunque no se encuentren reunidos permiten diferenciarlo de otros.
jpm-am

Trump elige a Susie Wiles como jefa del gabinete en Casa Blanca
Abinader entrega muelles en Río San Juan y Cabrera para la pesca
Primer Ministro Haití seguirá en Puerto Rico, su futuro es incierto
Encuestas predicen importante revés de Donald Trump en 2026
COE reporta otros 11 muertos, 144 heridos y 118 accidentes
Zelenski deja elecciones en manos socios internacionales
El Indomet anuncia para este viernes lluvias y olas anormales
García Fermín ve infundados vaticinios de Leonel Fernández
China impone sanciones contra veintena de empresas de EEUU
Rusia toma otra localidad en la provincia de Zaporiyia, Ucrania
OMS alerta sobre alto número muertes por alcohol en Europa
Fallece en SD el antiguo periodista puertoplateño Fabio Rodríguez Flores
Gobierno dispone asistencia a afectados rotura tubería Cibao

















Recuerdo en 1993 en Virginia,Estados Unidos,una inmigrante ecuatoriana llamada Lorena Bobbitt,le cortó el pene a su esposo que dormía.En la Corte alegó que el esposo quería siempre ahorcarla,era sádico,cuanto la obligaba a tener sexo.Fue un caso muy f
Amos en la prensa,luego el pene apareció y se lo re instalaron al esposo.
A Lorena la declararon inocente en la Corte, alegó perturbación mental,por el maltrato sadista del marido