En el Sur, el embarazo llega con el botón mamario

Sé que me repito, me repito, y no paro de repetirme, al escribir sobre un crimen lesa humanidad, los miles de embarazo en niñas y adolescentes con el mutismo del Estado. Ketty, con una panza que le llega a la boca, sale corriendo a recoger la ropa. ¡El agua que va a caer no es relajo! El cielo está negro, pero no más que su alma. Para esta niña de once años, el ocaso de su vida ha llegado, sin despuntar el día. La vida de Ketty no tiene presente, ni futuro. Desde niña, Don Chichi, le daba 50 pesos por una felación, le regalaba dulces, y le prometió un celular. Para ella, emular las labores de Lewinsky era como las cucharadas de sábila con cebollín que le daba la abuela, horriblemente malas, pero que la ayudarían con el catarro. Su madre se fue al extranjero y dejó los cuatro pollitos con la abuela. En el batey, no hay ni piedras. El padre nunca ha estado, no está y no se le espera. Cuando el viejo pedía más, prometía más. Los ojos de Ketty se llenaban de ilusión, de esperanza. ¡Es una niña! A sus míseros once años se autosugestionaba: “Cierra los ojos, que no salgan las lagrimas, cierra la boca y no grites ”. El único instrumento que el ofreció la vida a Ketty, fue su cuerpo, no tenia derecho a soñar más allá de un celular. Una de cada diez niñas o jóvenes ha sufrido algún tipo de acto sexual forzada refiere el Fondo Internacional de Emergencia de las Naciones Unidas para la Infancia, (UNICEF). Si entras el hospital de Barahona, Neyba o San Cristóbal, te darías cuenta de que estas cifras son la punta del iceberg. En el Sur, el embarazo llega con el botón mamario. Nuestro Sistema de Justicia está en manos de Lutero. A pesar de que una niña embarazada siempre es una violación, las autoridades no castigan los violadores. ¿Dónde están los miles de adultos responsables de los embarazos en niñas de 11 a 14 años? La respuesta del Procurador General de la República, es hacer un llamado a los jóvenes a “retrasar sus primeros contactos sexuales”. Ver muchas niñas embarazadas es un dato estadístico. Ver la expresión de los ojos de Ketty, una niña embarazada, corroe el alma, duele el pecho, revuelve el estómago y solo puedes ser humana. Prestarle tu pluma a las que no tienen voz, las hijas de nadie. Con el silencio, el gobierno y la sociedad se convierte en cómplice. “Por sus frutos los conoceréis” www.lilliamfondeur.com @lilliamfondeur

Compártelo en tus redes:
0 0 votos
Article Rating
Suscribir
Notificar a
guest
0 Comments
Comentarios en linea
Ver todos los comentarios