En el hoyo
En septiembre de 1994 se produce en Haití la invasión de EE.UU, ordenada por el presidente Bill Clinton.
La operación tenía por propósito expulsar la dictadura militar del general Cedras, quien había derrocado mediante un golpe militar al presidente Jean Bertrand Aristide.
Este hecho se convirtió en otro de los capítulos de la tormentosa historia del país más pobre de Occidente.
Restaurar la supuesta democracia en la vecina nación, acabó en un fracaso más. Este Aristide, con su estilo violento e intolerante, no garantizaba la gobernabilidad. Y, la lucha política de alta intensidad no permitiría la paz social en el supuesto gobierno democrático.
El deterioro político fue lo que se derivó de la intervención estadounidense y «del inútil» esfuerzo de establecer el orden democrático en una sociedad con escasa modernización política.
La gobernabilidad democrática en Haití, en efecto, desafía todos los supuestos necesarios para que la misma exista. Y el nivel de degradación institucional del país en cuestión, sumado a su atraso económico, hace prácticamente imposible la estabilidad política y social por mucho tiempo.
El surgimiento de pandillas y bandas criminales que fomentan el caos en la sociedad haitiana, también agrava la ingobernabilidad y avala la calificación de Estado fallido.
Desgraciadamente, Haití se suma a los países sin perspectivas y empantanados, donde ni siquiera la ocupación extranjera consigue sacarlo del hoyo donde ha caido.
Haiti es un pais sin perspectivas, pero eso es un problema de los haitiano, no de los dominicano.