Embarazos y ceguera
Cuando conversaba con ella y me narraba que se había casado unos pocos días después de haber cumplido los doce años de edad, y que su primer hijo había visto la luz antes de que ella celebrara sus trece años, me surgió la duda y le pregunte su edad. La señora sonrió y me dijo que tenía 77 años, ahí recordé que hay fenómenos sociales que se repiten con las particularidades del momento en que lo hacen, pero también, estas particularidades pueden hacer que este se convierta en parte de la cultura de una sociedad. Los embarazos en las niñas y adolescentes no pertenecen solamente a esta década, los más de 3 mil en un trimestre sí. Cuidado con pensar que ya vemos esto como normal o algo imposible de frenar. Usted amigo lector puede que tenga más de una explicación a este y otros problemas que son utilizados por los comentaristas de radio y televisión para sembrar la idea en los ciudadanos de que «esto se jodió», yo pretendo agregarle otra, no sin antes tratar de que usted vea el vaso medio lleno, no medio vacío. Los medios de comunicación nos tienen tan sumidos en fatalidades y banalidades que no hemos visto el lado amable de los tiempos. Entramos en los hospitales y cárceles más no en las universidades y empresas con la finalidad de conocer los jóvenes que se preparan para salir de una y entrar a la otra con un título bajo el brazo. Si es cierto que nos debe alarmar que cada vez nos encontremos con más niñas convertidas en madres, no es menos cierto que debemos alegrarnos, promover y tener como modelo la cantidad que vemos todos los días camino a las universidades. Agregando mi explicación al problema, diría que los padres delegaron la educación de sus hijos a los medios de comunicación, incluyendo la internet, y estos se han encargado de conformar lo que fuimos, somos y seremos como sociedad.