Elecciones en USA: ¿Indiferentes o antidemocráticas?

El festejo del triunfo en las elecciones de los Estados Unidos a escasos días de las elecciones nadie quiere pronosticarlo a pesar de que las encuestas dan al candidato demócrata Joe Biden, por encima del presidente y candidato, por segunda ocasión, Donald Trump, con una diferencia porcentual de 7,8 puntos porcentuales en la intención de voto a nivel nacional, sin embargo, estos resultados no garantizan el triunfo del exvicepresidente.

La decisión final para escoger al presidente y vicepresidente está pautada para este tres de noviembre, fecha en la que se decidirá si Donald Trump se queda como inquilino de la Casa Blanca, en medio de contundentes debates con su contrincante Joe Biden, el cual mantiene acusaciones sistemáticas contra el candidato del Partido Republicano.

Las elecciones en Estados Unidos, según entendidos en materia política internacional, aparentemente son indiferentes y antidemocráticas, porque no permiten al ciudadano norteamericano expresarse libremente cuando se trata de elegir al candidato presidencial y vicepresidencia, respectivamente.

  Esta jornada política estadounidense está rodeada de muchos vericuetos ante una comunidad latina desbordada que enfrenta el discurso adverso del presidente republicano quien tozudamente mantiene su posición radical contra el narcotráfico y la delincuencia desmedida patrocinada por una minoría de los inmigrantes.

Joe Biden, conocido como el vicepresidente de Barack Obama (2008-2016), inmerso en la política desde los años setentas, se enfrenta a un cúmulo de acusaciones por parte de Trump que lo atosigan y que, en vez de enfrentarlas con inteligencia, pues son obviadas; y muchas veces, dejadas en el paredón para que las respondan sus seguidores del partido demócrata.

En medio de esta barahúnda de conflictos escenificados en todos y cada uno de los encuentros políticos separados que se desarrollaron en los diferentes estados, los organismos encargados de organizar el proceso eleccionario pautado para principio de noviembre no desmayan para garantizar la “democratización” del proceso que prácticamente está al doblar de la esquina.

Al igual que en los países subdesarrollados, en Estados Unidos también se promueven los candidatos y el votante, principalmente el hispano se expresa en favor de su candidato, no necesariamente el demócrata, porque realmente Donal Trump tiene un amplio porcentaje de votos latinos que lo favorecen, sin embargo, es justo señalar que a medida que se acerca el día de las elecciones, las empresas de sondeos intentan calibrar el estado de ánimo del país preguntándole a los electores a qué candidato prefieren.

Si repasamos los resultados electorales del 2016 entre Donal Trump y Hillary Clinton, debo señalar que en Estados Unidos, el hecho de que un candidato esté por encima o resulte con un margen superior de votos al candidato contrario, no significa que resulte ganador, visto que, por ejemplo, la candidata demócrata Clinton encabezaba las encuestas y obtuvo casi tres millones de votos más que Trump, pero aun así perdió; debido a que Estados Unidos utiliza un sistema de colegio electoral en el que conseguir más votos no siempre hace ganar la elección.

Hecho dicho razonamiento, Biden ha estado por delante de Trump en las encuestas nacionales la mayor parte del año y en las últimas semanas se ha mantenido con más de un 50%, por encima de Trump con 43%, llegando a tener una ventaja superior en algunos momentos, sin embargo, Trump ha recuperado terreno recientemente en muchos estados donde Biden contaba con el favor de los votantes latinos. 

De acuerdo con el marco generacional del proceso eleccionario, en Estados Unidos para cualquiera de los candidatos que tercie en las elecciones el número de votos que ganas es menos importante que dónde los ganas visto que la mayoría de los estados suelen votar siempre de la misma manera lo que significa que en realidad solo hay un puñado de estados en los que ambos candidatos tienen la opción de ganar, donde se gana y se pierde la elección, los cuales se conocen como estados péndulo o bisagra.

Contrario al marco organizativo de los procesos electorales de otros países, en el sistema de colegio electoral que se usa en Estados Unidos para elegir al presidente, cada estado recibe un número de votos según su población, sin embargo, hay un total de 538 votos del colegio electoral en disputa, por lo que un candidato necesita obtener 270 para ganar.

Es así como durante la campaña presidencial de Estados Unidos en 2016, el entonces candidato Donald Trump rehusó comprometerse a aceptar los resultados de las elecciones; y esta vez atosigado por los resultados de las encuestas, sus incisivos ataques contra la fiabilidad y legitimidad del voto por correo han allanado el terreno para cuestionar una derrota por fraude electoral con el temor de que se produzca un teje-maneje con el argumento de no acatar los resultados de las elecciones.

JPM
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