El tumultuoso 1961 en Baní

Mientras se tramaba la conspiración para poner fin a la oprobiosa dictadura de Rafael Leonidas Trujillo Molina, Baní transcurría en el año 1961 en calma. Los trujillistas desarrollaban múltiples actividades en honor a su líder y guía.
Desde el año anterior tenían la mira puesta en postular a Trujillo para la presidencia en 1962 y un sector juvenil, encabezado por José Miguel Germán e integrado entre otros por Francisco Bello, René Domenech y Miguel Eudaldo Franjul constituían la sangre nueva que auguraba un largo porvenir a un régimen cuya figura principal daba ya señales de decadencia física.
Enero comenzó con la constitución de un comité para preparar un grandioso homenaje de ‘’lealtad y simpatía… al padre de la patria nueva generalísimo doctor’’. El mismo lo presidía el ingeniero Virgilio Pimentel Andújar y lo conformaban las principales autoridades locales.
Estos eran Fabio F. Herrera (Fabito), gobernador; Ramón O. Monsanto, presidente de la junta del Partido Dominicano; el senador Arsenio Velázquez, los diputados Francisco Velázquez y Felipe Isa; el síndico Manuel de Jesús Soto y otros como el doctor Nelson Franjul Montero, procurador fiscal y el capitán de la policía rural Luis Octavio Maríñez.
Las mujeres no se quedaban atrás. En el local del partido trujillista, donde hoy funciona la regional de Salud Pública, comenzaron el año con un acto lírico de agradecimiento y lealtad a su adorado jefe.
Enero y Febrero transcurrieron aquí concentrados en la organización de dicho evento y hasta los periodistas dizque celebrando ‘’el día del periodista’’ lo que hicieron fue organizar un acto en honor a Trujillo que incluyó una ceremonia frente a su busto con elocuentes discursos.
El domingo 26 de febrero, con la presencia del mismísimo Jefe, se efectúa una multitudinaria manifestación en la que desfilaron escolares, una gran cantidad de personas a caballo y miles de personas provenientes de todos los rincones de la provincia, denominada entonces José Trujillo Valdez, en honor al padre del ‘’benefactor’’.
Trujillo desde el local de su partido, en un palco de honor, saludaba a la multitud. Posteriormente recibió delegaciones diversas en una audiencia que ofreció. Para cerrar con broche de oro hubo una recepción celebrada en el Casino, el cual había adoptado el nombre de Trujillo, en una muestra más del fervor o genuflexión a quien llevaba las riendas del país.
DOS BANILEJOS EN EL COMPLOT
Mientras aquí se elegía al doctor Bienvenido Pimentel Machado como nuevo presidente local del Partido Dominicano, dos banilejos se aprestaban a dar el salto a la inmortalidad, en una trama que había sido postergada en más de una oportunidad y cuyo objetivo era poner fin a la vida del dictador y a su Era que alcanzaba ya 31 años.
Miguel Angel Báez Díaz, una de las figuras más influyentes del régimen en esta comunidad por varios lustros, y Wascar Tejeda, hijo de un compadre del sátrapa, y considerado un allegado íntimo, fueron protagonistas, junto a otros heroes, el 30 de Mayo de ese año del ajusticiamiento de Rafael Leonidas Trujillo Molina cuando se dirigía de Santo Domingo a su natal San Cristóbal.
La noticia de la muerte de Trujillo llegó a Baní como un susurro que se convirtió en rumor hasta que finalmente fue confirmada. Se vieron escenas de dolor en partidarios de un hombre que la campaña oficial convirtió en un semi Dios, un redentor. Otros apenas podían contener su alegría.
Los trujillistas locales confiaban en que podrían mantener el poder a pesar de la muerte de su jefe y el 13 de Julio celebran un mitin que recorre varias calles de esta ciudad encabezados como siempre por figuras como Arsenio Velázquez, Rubén Objio Castro, Manuel de Jesús Soto, Gisela Castillo de Miniño, Fabito Herrera, Bienvenido Pimentel Machado, Viriato Alberti y Nelson Franjul.
Algunos días después César Herrera pronuncia una charla en los salones del Partido Dominicano, dando continuidad a lo que ya había convertido en una tradición que incluso abarcó otros pueblos del país. Su hermano Fabito mantenía una habitual columna de loas a los ''logros'' de la Era.
SURGE LA OPOSICION
Mientras el Partido Dominicano seguía en sus aprestos para retener el poder, la oposición aquí se organizaba. La Unión Cívica Nacional dejó constituida su primera dirección encabezada por Francisco Xavier Billini y un puñado de hombres entre los que se destacan el doctor Francisco Cruz Peña, Juan L. Mejía, Eliseo Domenech, Dr. Benavides Báez, Rafael Angel Franjul, Dr. Tomas E. Guerrero, Sara Billini, Fremio Agramonte, Manuel Aristi y César Pimentel, entre otros.
El Partido Revolucionario Dominicano organizó el 20 de Agosto su primera gran concentración en esta comunidad en la que hicieron uso de la palabra varios oradores entre los que se destacaron César Roque, Ramón A. Castillo y un joven llamado José Francisco Peña Gómez. En dicho acto se produjo una provocación por elementos trujillistas sin mayores consecuencias.
El Partido Dominicano, con Pascual Federico Germán presidiéndolo, en sustitución del doctor Pimentel Machado, seguía activo realizando manifestaciones y en los círculos de esta entidad comenzaban las muestras de adhesión a Joaquín Balaguer, presidente de la República en ese momento y en quien estaban cifrando sus esperanzas continuistas.
Pero el panorama seguía descomponiéndose y entraban en acción los estudiantes secundarios que realizaban ya manifestaciones donde destruían fotos y letreros referentes a Trujillo y sus familiares.
Tras la salida de Ranfis Trujillo el 18 de Noviembre y de sus tíos José Arismendi (Petán) y Héctor Bienvenido (Negro) dos días después, vino la debacle. Esto originó que en Baní luego de la procesión del 21 de noviembre en honor a la virgen de Regla, multitudes derribaran los bustos de los Trujillo que había en la ciudad y que fueran al Ayuntamiento, a la gobernación y al hospital destruyendo todo lo relativo al Trujillato. Incluso en los bares los discos de alabanza al dictador ajusticiado eran sacados de las velloneras y destruidos.
Días después tocaría tal acción al otrora intocable Partido Dominicano. El pueblo se adueña de las calles desplazando los remanentes del trujillismo muchos los cuales cambian su discurso y camaleónicamente critican los desmanes de un régimen que se desmoronaba.
Se inicia la cacería de los denominados calieses, algunos de los cuales fueron agredidos, otros se refugian en la zonas montañosas para escapar de la furia de las masas.
Es así como los trujillistas comienzan a cobijarse bajo el manto no solo del PRD y la UCN, en menor medida, sino bajo la sombra misma de la Agrupación Política 14 de Junio que lideraba Manolo Tavarez Justo, esposo de Minerva, una de las Hermanas Mirabal, asesinadas por la dictadura.
Un suceso conmovió a los banilejos en ese ínterin a raíz de una huelga nacional que recibió un gran respaldo en esta población. Varias personas estaban deteniendo los vehículos que entraban a la ciudad provenientes de pueblos de la región sur y que violaban el llamado a huelga. En uno de ellos venía el sargento del Ejercito Nacional Viterbo Alcántara Pérez quien disparó a la multitud matando al señor Luis Ortiz Dumé e hiriendo varias personas entre ellas a Moncholo Bello, Manuel Blandino Soto (Chichito), José Atilano Arias y Angel Arias.
El sepelio del señor Ortiz Dumé fue masivo. Su féretro envuelto en la Bandera Nacional. Era casado con la señora Mirtha Franjul con la que había formado una hermosa familia cuyos hijos Austria, Germania, Daysi, Josefina, Willian. Luis y Juan Ortiz Franjul fueron cruelmente impactados con este hecho.En dicho acto hicieron uso de la palabra Dagoberto Tejeda, presidente de la Agrupación 14 de Junio, Juan Asunción, Valentín Casado y José Melo.
Las huestes trujillistas inician una etapa de sobrevivencia al cierre del 1961 volcándose masivamente a favor de una política de borrón y cuenta nueva auspiciada por el candidato del PRD llegado del exilio, profesor Juan Bosch. Bosch arribó al país el 20 de Octubre luego de 23 años de lucha antitrujillista desde diversas naciones, fundamentalmente en Cuba.
Con Joaquín Balaguer convertido en un ''muñequito de papel'', al que el poder se le escapaba de las manos, se terminaban, por el momento, las esperanzas continuistas a los remanentes del trujillismo. Sin embargo se mantendrían atentos al proceso para en el momento indicado reagrupar fuerzas y darle vida a un esquema que le garantice retomar el control. Solo se requería sobrevivir y esperar.
(Algunas de las personas citadas en este artículo como participantes en actividades trujillistas, descollaron posteriormente en labores revolucionarias en la etapa post dictadura. Sus nombres los tenemos en publicaciones periodísticas de la época).

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