El sueño de Duarte y el deseo de las grandes potencias (OPINION)

Cuando éramos una sociedad mayormente rural la inmigración haitiana se limitaba a las zonas agrícolas y cañeras donde hacían trabajos brutos en periodos picos de la actividad agrícola.

Mas luego cuando pasamos a ser una sociedad urbanizada y con una economía de servicios entonces empezó a ser notoria la presencia de haitianos en áreas urbanas donde realizaban servicios en áreas como lo es la construcción.

En aquel entonces la situación de Haití era totalmente diferente a la que tienen hoy, mientras que la República dominicana no solamente ha crecido económicamente, sino que ha fortalecido su democracia y su estado de derecho.

Mientras que nosotros con poco más de 11 millones de habitantes tenemos un PIB que sobrepasa los 100 mil millones de dólares, los vecinos del oeste con casi 12 millones de gente tienen un PIB de 20 mil millones de dólares.

Entonces en ese escenario hay que entender como normal que haya mucho interés en los habitantes del lado oeste de la isla de santo domingo en cruzar la frontera en busca de un pellizco de esos más de 100 mil millones de dólares en una población un poco menor que la de ellos.

Le corresponde al estado dominicano proteger sus fronteras a los fines de que no todo el que quiera venir para el lado este de la isla lo pueda hacer, sino que solo puedan venir los que reciban una visa para tales fines.

De lo que se trata entonces es de controlar la inmigración ilegal de habitantes del oeste de la isla al este de la isla de santo domingo.

Hasta este punto parece normal, que ellos quieran venir todos para acá y que nosotros solo querramos que venga una mínima parte a visitar o a quedarse, pero no es tan sencillo como aparenta.

El problema ahora radica en que las grandes naciones que han explotado y saqueado Haití en contubernio con las dictaduras reaccionarias que han gobernado a ese país, se han dado cuenta que dicha nación representa un serio peligro para la región latinoamericana y para ellos porque son fuente de serios problemas que ya ellos han superado.

Haití ha degenerado en ser un lugar lleno de gente indigente que no tienen la capacidad propia de superar la desgracia en que ellos mismos se han metido con la ayuda de las grandes potencias que los han saqueado.

Lo que deben hacer las grandes potencias es crear un fondo de por lo menos 50 mil millones de dólares anuales para rescatar a esa nación y en un periodo de por lo menos 50 años volverlo a llevar a la posición de país que tuvo hace muchos años.

Pero hay una salida más económica que esa para las grandes potencias y es la presionar y sancionar al gobierno de la Rep. Dominicana para que abra la frontera y permita que todo el que quiera en Haití se vaya al otro lado de la isla.

Lo que el gobierno puede hacer para impedir eso es limitado pero lo que el pueblo Domiciano puede hacer es ilimitado porque nadie puede doblegar a un pueblo que se propone defender y mantener su identidad y su soberanía.

Entonces la lucha será entre el pueblo dominicano y las potencias extranjeras que quieren doblegarnos y someternos a su mandato para desaparecer a Haití y hacer un solo país en la isla de santo domingo.

Para ello tendrán que desaparecer primero al pueblo dominicano y luego tomar estas tierras para que las ocupen los habitantes del lado oeste de la isla. Se tratará del más grande genocidio que haya conocido la historia de la humanidad.

Solo así se podría lograr que el sueño de Duarte sucumba ante los deseos de las grandes potencias.

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