El Reparto de los Maestros

Es necesario revisar el régimen previsional especial de los maestros para evitar que se convierta en una carga financiera inmanejable y reduzca el impacto de la conquista social del 4% para la educación.

El Ministerio de Educación presentó un informe que revela que, en el primer semestre, el 82% del presupuesto fue destinado a gastos corrientes, pero los salarios de los maestros apenas alcanzaron la sexta parte del total de la nómina.

Por su parte, EDUCA en su informe “Calidad del Gasto Educativo en República Dominicana”, señala que las pensiones se multiplicaron más de tres veces en cuatro años, de RD$1,446 millones en 2010 a RD$5,337 millones en 2014.

En adición, José Mármol, presidente de EDUCA, emitió  una voz de alerta al declarar que “las erogaciones por pensiones han crecido en un 25% anual en los últimos cuatro años, generando un peso financiero creciente en el gasto corriente educativo”.

Como se sabe, los maestros públicos disfrutan de un régimen de reparto especial, sin  regulación del Sistema Dominicano de Seguridad Social, lo que permite otorgar pensiones generosas que cada año dependen más del presupuesto del Ministerio.

Lamentablemente, esa ha sido la norma. Basta con recordar el desfalco del Seguro Médico para los Maestros (SEMMA) hace unos años, cercano a mil millones de pesos, de los cuales se recuperó muy poco, aportando la diferencia el Ministerio.

Cero tolerancia con los privilegios

Una política similar de aplica en el Congreso, en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), y en todos los organismos autónomos y descentralizados que administran sus fondos, y se auto asignan pensiones al margen de la Seguridad Social.

La segmentación previsional de los grupos de presión constituye la norma, generando privilegios irritantes a costa de los contribuyentes, mientras los pensionados del Estado tienen más de una década con pensiones ínfimas y congeladas.

Siempre hemos defendido el derecho de todos los trabajadores del Estado sin distinción, a una pensión digna basada en las aportaciones, pero jamás a costa de la calidad de los servicios públicos, ni de más impuestos para la población indefensa. Cero tolerancias con los privilegios.

La característica más relevante de los sistemas de reparto es que prometen pensiones sin tomar en cuenta el  esfuerzo y el ahorro personal, generando privilegios y déficits recurrentes que tiene que cubrir el Estado con el dinero de todos los contribuyentes.

Esa es la naturaleza del reparto estatal. Por eso es defendido tan calurosamente por quienes tienen capacidad de decisión, confundiendo a personas que ignoran que esas distorsiones, privilegios y déficits son pagados, incluso por la población de bajos ingresos.

Debemos ponderar el alerta de EDUCA cuando afirma que las pensiones están comprometiendo la sostenibilidad financiera del sistema educativo, y desviando millonarios recursos de su verdadero objetivo que es mejorar la calidad y oportunidad de la educación básica de las familias más pobres del país.

Y apoyar en todas sus partes sus recomendaciones, y muy especialmente la relativa a la necesidad de revisar el régimen previsional especial de los maestros, para evitar que se convierta en una carga financiera inmanejable que reduzca el impacto de la conquista social del 4% para la educación.

jpm

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