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El regreso de Rusia al escenario internacional
Moscú está colocando banderillas a Washington en lo que a política exterior se refiere y dentro de esas acciones ha de considerarse la gira que el presidente ruso Vladímir Putin ha realizado recientemente por occidente cuyos resultados pueden catalogarse de exitosos. Pareciera ser que Rusia ha regresado al escenario internacional con la determinación de recuperar el rango de superpotencia, con presencia en todo el planeta y exhibiendo determinación a la hora de enfrentarse a los Estados Unidos de América. Así en el desarrollo de esta agenda se ha posicionado e impuesto en el escenario global, ya deteniendo el intento de ataque contra Siria o al anexionarse Crimea. Ahora recientemente Putin ha tomado decisiones trascendentes en su gira por América Latina que complementan esa imagen de posicionamiento. En la sexta cumbre de los BRICS (Rusia, China, Brasil, India y Sudáfrica), se anunció la creación de un banco de desarrollo con unos cien billones de dólares de capital inicial donde una de sus finalidades es independizar a estas potencias de organismos como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. También ha planteado Putin la propuesta rusa para la construcción de un centro de transporte en Cuba próximo a la Habana, así como en la Argentina cooperar en la construcción de dos centrales nucleares. Es así que a tenor con esta ofensiva, algo antes de empezar la gira latinoamericana, la Duma aprobó condonar el 90% de la deuda de Cuba con Rusia heredada de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, hablamos de reducir US$35.000 millones dólares a US$3.500 millones de dólares. A lo anterior se suma ahora la cuestión de la base de espionaje electrónico de Lourdes, al sur de la Habana en Cuba, la cual Putin cerró siendo presidente de Rusia en el año 2001, como jugada política de cara a ganar la confianza de los Estados Unidos de América y en lo económico ahorrarse los cerca de doscientos millones de dólares al año que pagaba Rusia a Cuba por el alquiler de la misma. Según medios rusos Putin ha vuelto a Cuba para reabrir Lourdes, aunque ciertamente Moscú niega tal aseveración, pero los escépticos dudan que Cuba y Rusia, renuncien a una herramienta que les permitiría contrarrestar a la súper poderosa Agencia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos de América, misma que ha reconocido haber accedido a los teléfonos de varias figuras mundiales. ¿Pero qué es la base de Lourdes? La Unión Soviética construyo en Lourdes, en el sur de la Habana Cuba, a finales de la década del 60 del siglo pasado, una base militar de espionaje electrónico de 28 millas cuadradas, donde en su época más activa llegaron a trabajar cerca de 2,500 ingenieros y técnicos soviéticos. El objetivo de Lourdes era interceptar las comunicaciones desde la costa de Florida a la ciudad de Washington, así como las emisiones de los buques, submarinos y aviones de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos de América.Desde su construcción hasta su clausura en 2001, la Unión Soviética, y luego Rusia, invirtieron unos US$3,000 millones de dólares y le pagaron a Cuba cerca de US$200 millones de dólares al año por el usufructo de la Base. Cabe destacar sin embargo que el uso de la base de Lourdes le estaba vedado al gobierno cubano, y solo se le daba información editada de acuerdo al interés y objetivos de cada época, lo cual fue creando fricción entre Rusia y Cuba, ocasionando que en 1995 estas dos naciones llegaran a un acuerdo, por el cual Rusia le construiría a Cuba una base similar a Lourdes para el uso del gobierno cubano. La base empezó a funcionar parcialmente a mediado de 1997 y ya para enero de 1998 estaba en plena actividad. La base fue construida en Bejucal, relativamente cerca de Lourdes con una extensión de 20 millas cuadradas, más pequeña que Lourdes, pero más moderna. Esta se mantiene aun operativa. No es coincidencia que el departamento de Defensa de los Estados Unidos de América denunció un aumento enorme en las actividades de penetración de sus computadoras a partir de 1998. Todo lo anterior demuestra la importancia estratégica para la agenda global rusa que podría tener la base de Lourdes al sur de La Habana en Cuba.