El presidente de Paraguay y Leonel
El Círculo de Montevideo es un foro de debate compuesto por ex presidentes iberoamericanos, empresarios e intelectuales. Recientemente celebraron el XX encuentro anual, en Asunción, Paraguay. El ex presidente, Leonel Fernández, asistió. No iba a perder ese escenario para lucir su arma más poderosa, conceptualizar. Lo hizo con el tema de cómo unir la región y sacar sus pobladores de la pobreza. Entre otras cosas, dijo, “para que haya paz social, progreso, tiene que producirse riqueza y esa riqueza tiene que ser manejada con un sentido de justicia social”. ¿Por qué no lo hizo en sus mandatos?. A este encuentro asistió el anfitrión del país, el Presidente de Paraguay, Horacio Cartes, quien luego recibió personalidades en el Palacio, dentro de ellas a Leonel. Sabia que gobernó tres periodos, viajó mucho, buscando establecer contactos internacionales. Así que le alabó su “vasta experiencia”, su habilidad en el manejo de los asuntos de Estado, relaciones internacionales y temas globales, como el tratado en esa actividad. “Se debe buscar un organismo idóneo para que la experiencia de Leonel sea aprovechada al máximo en beneficio del buen desenvolvimiento de las relaciones entre los países de la región y de estos, con el resto del mundo”. “Estuve atento a sus palabras y quedé gratamente impresionado”. “Creo que debemos aprovechar todo el conocimiento y experiencia de usted como estadista. Eso hay que exprimirlo”. Comprendo la emoción del mandatario de Paraguay. Hace más de una década, fui impresionada de la misma manera. Al igual que Juan Bosch, pensé que Leonel era una “minita”, la esperanza de los pobres, la persona indicada para alcanzar el desarrollo armónico, equilibrado, humano, la justicia social. Sus teorías, me llenaron de esperanzas, como todavía lo hace con los pobres, analfabetos, hambrientos y los que conocen poco de sus hechos. Ellos han sido mi gran frustración. Ahora entiendo a Balaguer cuando decía “no somos suizos”, con facilidad, abandonan las normas disciplinarias. Comprendo la valoración del Presidente Cartes. El método funcionó con el. Leonel seria estupendo en cualquier posición, donde los gobernantes u organismos internacionales deseen aparentar efectividad, aire de progreso, modernismo, estar acorde a los nuevos tiempos. Son innegables sus dotes intelectuales que le permiten que el mensaje llegue. Cartes dice que deben exprimir esas habilidades. Le aseguro que son efectivas. Por ellas, llegó a la presidencia de este país en tres periodos, consiguió con facilidad, que archivaran el expediente que lo acusaba de corrupción y ganar la reelección haciendo que su adversario dijera “me venció el Estado”. Con esas mismas habilidades, convenció de que haría una justa distribución de las riquezas, combatiría la miseria y poniendo esa anestesia, terminó haciendo más ricos a los ricos e incorporándose al grupo. Por ellas, en su primer periodo creo su empresa, la Fundación Global, Funglode, muy exitosa compitiendo con las instituciones del Estado. Hoy sabe lo que es tener colega de alto nivel, no solo en lo político sino también en lo económico. Señor Cartes, si aprender esas destrezas es su meta en Paraguay y sus anhelos para la región iberoamericana, ese es el hombre ideal, exprímanle su experiencia. Ayúdelo a realizar su sueño de ser ubicado en algún organismo internacional, para que el efecto sea macro. No es necesario que vengan a RD a observar su proyecto modelo. Dirá que fue la oposición la culpable de que dejara un hoyo fiscal de 200,000 mil millones de pesos, la nación como plataforma del narcotráfico, la violencia e inseguridad en sus calles, la isla prácticamente una e indivisible con Haití, que fortaleciera los ricos y aumentara el hambre y la miseria en la población. Es posible que a usted le interesen sus teorías, no lo que hizo en la práctica. Es mejor. Ahí, no lo defraudará. Es un excelente catedrático, expositor y sabe decir lo que los demás quieren escuchar. Si lo lleva a Paraguay a hablar de las bondades de su gestión, fascinará. Si lo ayuda a presidir cualquier organismo internacional, encantará. Pero por el amor de Dios, hágalo rápido. Busque la forma de que otros aprovechen “su vasta experiencia”. Muchos se lo agradeceremos. Pido a Dios y a la humanidad que me perdonen por esta actitud egoísta, que pone de manifiesto mi desesperación por darle un respiro a la nación.