El PRD se agarra a una buena rama (un análisis)

 
Una alianza política nunca puede entrañar un acto de traición, salvo que de por medio esté la defensa Patria. El momento social y político es el que dicta una alianza. En el país, lo normal es que los partidos políticos busquen alianzas, porque ya no hay diferencias ideológicas entre ellos.
Todos los partidos son hoy abanderados del sistema, dejaron a un lado la prédica de liberación nacional, de lucha por el proletario,  o de enfrentamiento al capitalismo salvaje. Donde no hay diferencias ideológicas, no importan las alianzas, porque todas  representan al sistema que se llama de la democracia representativa.
En sentido real, un partido solitario no puede llevar a cabo mínimas transformaciones, y ni siquiera ejecutar un programa de gobierno. Se necesita colaboración en todos los estamentos, y en las alianzas políticas es que se solidifican los frentes de masas.
La firma de un acuerdo unitario para participar en las venideras elecciones entre los partidos de la Liberación Dominicana y Revolucionario Dominicano no tiene nada de extraordinario.  Están de hecho unidos en la mira del progreso y en la búsqueda de objetivos de desarrollo.
Solo distancia a los partidos nacionales las visiones personales de sus líderes, pero no su empuje ante los problemas sociales. Hablar de traición, es querer burlarse del pueblo. Solo cuando hay de por medio una guerra patria, una acción de liberación nacional, se puede hablar de traición en alianzas que en vez de ser patrióticas, son entreguistas.
Esta alianza es coyuntural, electoral, de enfrentar el proceso del próximo año. Luego cada cual tendrá que tomar su camino con miras al 2020. El Partido Revolucionario Dominicano no puede quedarse atado al PLD, so pena de finalmente desaparecer  del espectro político nacional.
Lo que le resta fuerzas al PRD es la forma levantisca en que ha manejado sus relaciones internas. Una división entre Miguel Vargas Maldonado, Luis Abinader e Hipólito Mejía los lanzó al limbo actual, el resultado es que ninguno va a llegar a la presidencia de la República.
Las pugnas internas siempre han sido el fracaso del PRD. Primero fue la falta de querencias entre Don Antonio Guzmán  y Salvador Jorge Blanco, que terminaron entre un suicidio y una prisión por corrupción. Ya lo hemos escrito otras veces, que ese duelo a muerte entre Jacobo Majluta y Peña Gómez evitó que los dos fueran presidentes de la República.
Danilo Medina, salvo un cambio en el accionar político nacional, luce al día de hoy como el ganador de las venideras elecciones, y el Partido Revolucionario Dominicano se agarra a una buena rama para evitar caer por el despeñadero y perecer.
Falta mucho para el día de las votaciones. Todo puede cambiar, a favor o en contra….
jpm
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