El PLD y el tren de la historia

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Según la reciente encuesta Gallup-Hoy, que otorga a Danilo Medina una aprobación que supera el 80% al iniciar los dos últimos años de gobierno, el panorama electoral dominicano adquiere un giro inesperado. Aun con la prohibición constitucional de una eventual repostulación de Medina, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) cae en lo que podríamos llamar una encrucijada sin precedentes. La misma encuesta arroja que el 48.5% de los encuestados considera que Danilo Medina debe ser el candidato presidencial del PLD, mientras que solo el 17% entiende que debe ser Leonel Fernández, el 5% para Margarita Cedeño en el tercer lugar, les siguen Reinaldo Pared Pérez y Francisco Javier García por debajo del 5% y, en otro renglón un 65.7 % a favor de modificar la Constitución para la re postulación de Danilo Medina. Leonel Fernández aun mantiene una tasa de rechazo de un 22%, y no sería ganador en primera vuelta, de ahí, que el comité político del PLD debe pasar a una etapa de análisis serio y asumir con determinación su rol histórico, lo que se traduce a poner sobre la mesa todos los escenarios electorales posibles y poner al país por encima de cualquier ambición desmedida de grupos por llegar al poder. Cuando se dice que en política se hace lo que conviene, de inmediato surge la pregunta ¿Lo que conviene a quien? Lo que conviene al país para continuar un desarrollo sostenido o lo que le conviene a un sector para darle vigencia al capitulo 24 de El Capital de Carlos Marx: La acumulación originaria. Crear opinión pública es parte de la campana mediática, mucho más ahora que los grandes medios están en manos de las grandes corporaciones, los mismos que actúan en manada. En la actualidad no basta leer la prensa ni ver los programas de televisión con la ingenuidad de otrora, en muchos casos, detrás de cada opinión o comentario político se esconde un holding publicitario que el lector o televidente desconoce. Cuando en varios medios aparecen al mismo tiempo titulares, artículos y columnas señalando la casi imposibilidad de modificar la Carta Magna, pasan por alto que nuestra constitución ha sido modificada en 38 ocasiones. No se trata de una modificación mas para que sea un traje a la medida del actual mandatario, existen constituciones que no permiten cambios en alguna de sus partes. Parte de la clase política dominicana se ha expresado a favor del sistema estadounidense: dos periodos consecutivos y no más. ¿Es imposible adoptar ese modelo en Republica Dominicana y al mismo tiempo prohibir su modificación futura de ese articulo? La respuesta es no. Hace falta que nuestros políticos alguna vez decidan pensar a favor de las próximas generaciones en vez de pensar en las próximas elecciones. El diccionario de la Real Academia de la Lengua define la palabra democracia así:Doctrina favorable a la intervención del pueblo en el gobierno. De manera que es al pueblo que acude a las urnas el que decide sobre su futuro político; todo esto en teoría, en nuestra partidocracia todo funciona distinto, los intereses sectoriales están por encima del bien y del mal, y de diputados y senadores olvídese; que ellos cobran y después leen en la prensa lo que aprobaron sin discusión ni lectura. Por eso recalco, que el Comité Político del PLD tiene en sus manos dos opciones: montarse en el tren de la historia o ir a parar al basurero de la misma. Ustedes deciden!

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