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El Partido Reformista se durmió en los Laureles a la espera de Gratitud Eterna
El otrora partido Reformista Social Cristiano, del extinto doctor Joaquín Balaguer, que gobernó veinte y dos años la República Dominicana, logrando de manera inequívoca un poder casi hegemónico de la denominada cosa pública, y que luego fue artífice del ascenso hasta la primera magistratura del estado de Leonel Fernández, candidato del PLD, en 1996.
En la recordada alianza rosada, (cerrando con ello el paso a lo que llamaron en su momento el camino malo, representado por el PRD y su candidato), que en realidad, no fue más que una estrategia del viejo zorro político de apoyar al partido más débil, con la certeza de que gobernaría solamente cuatro años, y luego este partido por agradecimiento le retribuyera el favor apoyándole en la próxima contienda electoral a celebrarse en el 2000.
Esto no ocurrió de esta manera, pues, cuatro años después, Balaguer realizó un cambio radical de postura, que sirvió como plataforma en una decisión terminante, para que Hipólito Mejía, candidato del PRD, fuera presidente para el período 2000-2004, motivado porque para ganar la presidencia en primera vuelta se necesitaba del cincuenta por ciento más uno de los votos emitidos y escrutados.
Al no alcanzar el 50 más Uno ninguno de los tres partidos mayoritarios, el doctor Balaguer, que había quedado en tercera posición de las votaciones, se negó a participar de una segunda vuelta electoral, aliado y apoyando al PLD, que quedó en segundo lugar.
La motivación y argumentos enarbolados para la ocasión, y que dieron como resultado la toma de esta decisión fue una supuesta traición orquestada por el PLD, al comprarle los partidarios del PRSC, impidiendo que el doctor Balaguer lograra quedar en segundo lugar, y fuera el PLD, que con sus votos le diera el triunfo en la segunda ronda de votaciones. Cierto, o no, esto dio como respuesta inmediata de retaliación, el cierre definitivo del paso a la presidencia de Danilo Medina, candidato del PLD, y la apertura de las puertas del palacio presidencial a Hipólito Mejía, del PRD, que había alcanzado la mayor votación.
Después de estos acontecimientos de un pasado reciente, el Partido Reformista Social Cristiano, se durmió en sus laureles, y cosecha ahora los frutos amargos de la pereza, representados en gran medida por entender que tras la muerte de su fundador y líder no tenían otra alternativa que no fuera el de concretar alianzas sucesivas con el PLD.
Y como efectivamente ocurrió para las elecciones de los años: (2004, 2008, y 2012), coadyuvando en cada oportunidad y de manera inequívoca para que ese partido pudiera lograr el poder con la sumatoria de sus votos, lo que equivocadamente los llevó a pensar, con una certeza ciega de que la gratitud hacia ellos por estos servicios prestados sería eterna.
Sumado a lo anterior está la apatía y el trabajo nulo o casi nulo de los renombrados de ese partido, que de manera obligada son los llamados a la movilización de personas y captación de adeptos en el trabajo de campo para que se sumaran a la causa del PRSC, debido a varias razones de peso, entre ellas la desarticulación a nivel nacional de la estructura partidaria.
Y qué en los últimos meses, aunque tarde, a tratado de recuperar con un trabajo denodado el nuevo presidente de esa organización y candidato a la presidencia, Federico Antún Batlle, algunos de ellos solo utilizan el nombre de reformistas, cuando en realidad ya se sienten un miembro más del PLD, aunque todavía no lo hayan formalizado.
Esta postura, en mayor medida pudiera ser atribuible a la zona de comodidad disfrutada por la cúpula de ese partido en los gobiernos Peledeistas, al estar ostentando puestos de primer orden en el tren gubernamental, como retribución a sus aportes pasados: (en él Banco Nacional de la Vivienda, (ahora Banco de Desarrollo y Exportaciones), Liga Municipal Dominicana, Cámara de Cuentas, el Instituto Postal Dominicano, el Consejo Nacional de Drogas, el Defensor del Pueblo.
Así como, en la judicatura y los tribunales: Constitucional, Suprema Corte de justicia, Superior Electoral, Pro-industria, Departamento Aeroportuario, y los puestos privilegiados en el servicio exterior, como cónsules y embajadores, ect.), para mencionar solamente algunos.
De modo, pues, que ese terrible letargo que durante los últimos años ha mantenido al Partido Reformista Social Cristiano en una inercia, a la que podríamos catalogar de improductiva plena, así como, el no mantenimiento, por lo menos de su colchón ancestral de militantes legados por Balaguer.
Ellos, al ir perdiendo su identidad como partido, es el detonante de que estén atravesando en los actuales momentos y con una contienda electoral a la vuelta de la esquina, por una situación difícil al no tener posibilidad alguna de lograr colocar en un lugar mínimamente preponderante una candidatura propia a la presidencia de la República.
Derivado de esto, se les presentan en los actuales momentos escollos casi insalvables de poder concretar una alianza, aunque sea ya tardía con el PLD. Acrecentada aun más por la jugada maestra realizada por el partido en el gobierno, y que nadie esperaba, atrayendo hacia su seno al PRD, que, aunque fragmentado, es sin lugar a duda el partido más enraizado en la mente de los dominicanos.
Los múltiples factores de todos conocidos y el mayor receptor de votación como partido para el nivel presidencial en las últimas contiendas electorales, lo es el PRD.
Esto se traduce, y es más grave aún para el PRSC, manifestado en la dificultad que tendrá para retener los puestos que ostentan principalmente en la cámara de diputados, y las alcaldías. No solamente por la ratificación de los congresista del PLD, que repetirán en la posición con todo el apoyo económico gubernamental, (tras el acuerdo para reformar la carta magna y permitir la reelección), además de los alcaldes de mayor popularidad y arrastre, sino también, por la mano amiga que brindará el PLD, a los candidatos en las plazas acordadas y cedidas a sus nuevos y ahora principales aliados del PRD.
No es de extrañarse que por todo lo antes mencionado se desprenda que el secretario general del Partido de la Liberación Dominicana, y senador Reynaldo Pared Pérez, además de coordinador de la Comisión para las alianzas del PLD, con las demás fuerzas políticas, de viva voz y de manera altisonante propalara a los cuatro vientos que si fuera por él no se realizaran las reuniones que han venido efectuándose entre ambos partidos con la intención de buscar un advenimiento para que PRSC y PLD, puedan transitar unidos, nueva vez, el camino que lleve en la boleta del gallo Colorao a un candidato del PLD, en este caso al actual presidente, Danilo Medina.
De no lograr ponerse de acuerdo, al salvar los obstáculos que impiden la formalización de dicha alianza, sea porque los números reflejados en las encuestas le dan bajo porcentaje al PRSC, y en consecuencia el PLD, entienda, tendría que desprenderse de plazas y cargos importantes que al final no compensan la inversión al ponerlos en la balanza de la aportación real en la sumatoria general de los votos a obtener por ese partido.
O porque lo poco que queda de un pastel ya fragmentado en grado superlativo no sea atractivo al PRSC, decidiendo de manera definitiva y como último recurso acudir solos a la contienda electoral, su futuro, tanto, como organización política, para los candidatos a cargos electivos, como de aquellos que pretendan un puesto en el tren gubernamental del nuevo gobierno de Danilo Medina, a partir de agosto de 2016, sería muy incierto y hasta si se quiere lastimoso.
