El país cangrejo
Contrario a quienes a quienes dijeron hasta la saciedad que e’pa la’lante que vamos, la situación económica del país no es lo buena que dice el Banco Central ni lo promisoria que dicen los políticos oficialistas que viven de espalda a la realidad en que se debaten las grandes mayorías nacionales. Lo único palpable, la verdad axiomática, tan evidente que no necesita demostración, pues se palpita a diario en cada bolsillo pobre, es que nuestra situación social y económica se ha ido deteriorando, marcada por la inseguridad ciudadana, la prostitución pública o encubierta de jóvenes que tienen que venderse para sobrevivir, las drogas, la violencia, la falta de futuro y el desempleo, dejan poco espacio al optimismo simplón. Desde hace algunos años, las cifras oficiales nos vienen presentando un país que en realidad no existe, más que en la imaginación de quienes nos venden la ilusión de un país en crecimiento, pero que ese crecimiento no se refleja en el bienestar de los dominicanos, pues la clase media se ha reducido y empobrecido considerablemente, y los pobres han incrementado su pobreza habitual. Un país donde hasta para hacer una letrina hay que solicitar un préstamo internacional pues nos somos capaces de hacerla con fondos nacionales, es un país que va para atrás. Un país donde tengamos que utilizar el 48% del ingreso para pagar el capital y los intereses de una deuda externa cuyas divisas los dominicanos no disfrutamos, sino que se embolsillaron unos cuantos, es un país que marcha hacia el despeñadero. Al ritmo del endeudamiento que tenemos, todo indica que marchamos hacia el sendero de la cesación de pagos y ya sabemos cómo empieza esta situación pero no cómo termina. Muchos creían que estábamos llamados a salir hacia adelante con la asunción al poder de los “discípulos” de Juan Bosch, pues con su disciplina partidaria y su eslogan de “servir al partido para servir al pueblo”, en los hechos esto debía traducirse en un país más organizado, mejor administrado y moralizado en el uso de los fondos públicos. Pero nos dieron una gran bofetada. Con esa bofetada, muchos despertaron a la realidad para ver todo claro, para ver que es hora de reaccionar ante tantos engaños, ante tanta falsedad reiterada. La verdad es que con la llegada al poder del PLD con él llegaron los cangrejos que el pusieron el rumbo hacia el retroceso en muchos renglones de la vida nacional. De ahí que digamos que el país ha sido puesto sobre el lomo de un cangrejo, que cuando no está paralizado, está caminando hacia atrás. En el Partido Demócrata Institucional, PDI, estamos abogando por una nación que sepa con certeza hacia dónde caminar, de tal forma de garantizar que verdaderamente se vaya hacia adelante…pero de verdad!