El neoliberalismo hundirá la popularidad de Danilo

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La política neoliberal que impone al país el gobierno del PLD, para servir a la oligarquía y los monopolios imperialistas, igual a como destruyó la popularidad de Hipólito y su gobierno cuando la implementó, liquidará el prestigio de que goza el presidente Medina, si no se atreve a enfrentar el desafío y apoyado en las masas populares tomar las medidas progresistas que contribuyan a fortalecer la soberanía nacional, la libertad, la justicia social y el bienestar general del pueblo. Ahora la situación se torna más grave aún, puesto que la corrupción oficial se ha convertido en una herramienta generalizada en manos de los neoliberales que les permite sembrar desconfianza en las instituciones manejadas por el Estado, presentándolas como fuente de robo y engaño del erario nacional y causa fundamental del atraso y la miseria del pueblo, buscando justificar de esa manera, que pasen a manos privadas instituciones de orden público como, la educación, la energía eléctrica, la salud, el agua, el arte, el medio ambiente, los peajes, la construcción y administración de de carreteras, el transporte, etc. encareciendo como nunca antes el costo de la vida. Bajo el neoliberalismo, todo ha sido convertido en mercancía que como tal se compra y se vende: la palabra, la moral, las ideas, la educación, el matrimonio, los Partidos políticos, las playas, los derechos humanos, la justicia y la seguridad ciudadana, están en el comercio, con el consentimiento de funcionarios del gobierno que no solo la toleran, sino que la impulsan a pesar de que se suicidan como entes democráticos. El funcionamiento del Estado se maneja conforme los intereses de las multinacionales que han inventado la globalización de la economía para controlar mejor los grandes y pequeños mercados del mundo, incrementando de manera inconmensurable su riqueza y poder, al tiempo que en la misma proporción se agudiza la pobreza, debilidad y humillación de las naciones débiles como la República Dominicana. Durante los últimos años, desde el inicio de la democracia en 1963, se ha venido estrechando el cerco que limita la soberanía nacional, socavando su integridad material, económica y moral; situación altamente preocupante sobre todo por la impotencia del gobierno para enfrentar la crisis, así como en ocasiones, por su complicidad. La deuda externa, la inversión extranjera monopólica, los subsidios a las empresas millonarias, la agresión internacional encaminada a erosionar los poderes del Estado; los altos precios de la comida y la medicina provocando desnutrición y hambruna, la delincuencia protegida o tratada con lenidad por algunos tribunales corruptos, la agresión al medio ambiente, son columnas de ese oprobioso cerco neoliberal que llevan a la desintegración social y la descomposición económica y moral de nuestro pueblo y sus gobiernos, lo que hay que superar si queremos construir y vivir en una nación progresista y democrática, con todos los derechos del hombre satisfechos. Solo así se puede cumplir con el principio Peñagomista de: “primero la gente”. b_gamundi27@yahoo.es

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