El hartazgo es la clave del cambio
El ex presidente Balaguer en un balance de sus famosos 12 años arroja un saldo represivo desproporcionado, que acicateado por la llamada “guerra fría” contó siempre con una parte del electorado conservador, que sustentó su permanencia en el Estado, sin que ese electorado constituyera por sí mismo una mayoría electoral indudable. Pero el doctor Balaguer quien se presentó en ese proceso de post guerra como el candidato de la paz, logró reelegirse en justas electorales cuestionadas, pero contando con una simpatía viva de sectores beneficiados por su política social populista que pretendía copiar el modelo peronista del Partido Justicialista.
El presidente Medina debe interpretar la necesidad de cambio de imagen que requiere el país a nivel gobernante, y no someter al país a una pugnacidad que ahondaria la división de la familia dominicana. Se percibe la necesidad de un cambio incluso en niveles elementales de representación.
La clase media que Bosch tipificó en tres estamentos, alta, media y baja y que fue subdivida vez en baja, muy baja, ha dado un viraje importante en sus simpatías, que aunque no se suscriben decididamente a un candidato opositor, expresan la necesidad imperiosa de un cambio en la jefatura del Estado. Esa clase media o pequeña burguesía no es mayoría, pero influye en la voluntad política de los cambios. Ella fundó La Trinitaria en 1838 e hizo posible el concepto de nación. El 4 de mayo de 1965 ella se juramentó en el Altar de la Patria en una coalición político militar manteniendo en alto la bandera nacional. Ella se mueve libremente en los escenarios de la historia, y a ella se debe en parte no despreciable los actos trascendentes del decoro y el sentido de Patria. En 1978 una parte de las masas de desposeídos sostenía y apoyaba el esquema clientelista de los programa de la “Cruzada del Amor”, bajo un ambicioso plan de multifamiliares que cubría el país , mientras la retórica de las “Leyes Agrarias “ sacudía la conciencia nacional.
La movilidad social, el crecimiento económico, la jornada escolar extendida, el programa 911, las libertades democráticas, no compensan la brutal desigualdad social, la impunidad de muchos funcionarios, la crisis generada por las muertes materno infantil, los embarazos de nuestra niñas, la delincuencia común cuyas estadísticas se mantienen en sub registro, la presencia del micro tráfico de drogas en gran parte de los barrios en contubernio parcial con las autoridades policiales, los escándalos y acusaciones cada vez más frecuentes de enriquecimiento al amparo del Estado de algunos funcionarios, la frustración de los egresados de nuestras universidades ante la ausencia de empleos productivos, la voracidad fiscal que oprime a los que menos tienen.
Hoy día basta salir a las calles para sentir el hartazgo. Es a mi criterio, el hartazgo, la clave de los cambios de mando que se avecinan en el 2020. Y es, que hasta la belleza cansa!