El fraude electoral y la legitimidad democrática

imagen
EL AUTOR es Master en Gestión y Políticas Públicas. Reside en Santo Domingo

El fraude electoral es el tema tratado por excelencia en tiempo de elecciones presidenciales y es un tema de alta preocupación y recurrente a lo largo de la historia imposible de ser demostrado y hay precedente cercano con los alegatos de fraude desde el Daniel Ortega de Nicaragua hasta llegar a los Estados Unidos de América con las impugnaciones del expresidente Donald Trump en el año 2020. El fraude electoral deslegitima la democracia y pone en juego el estado de derechos.

Desde el siglo XIX hasta el XX, la región de Latinoamérica experimentó inestabilidad política y manipulación de elecciones. Los países con mayor ocurrencia de fraudes son Argentina que a mediados del siglo XX utilizaron la fórmula de amañar votos; México que en 1980 se usaba el fraude y en Brasil con corrupción y soborno de votantes. Más recientemente en Venezuela, Nicaragua, El Salvador, Perú y Bolivia, aunque cabe mencionar también a la República Dominicana de la época del Dr. Joaquín Balaguer donde este fue acusado frecuentemente por la oposición de hacer fraudes en 1974 con la abstención de la oposición; en 1990 contra el PLD y en 1994 contra el PRD. Nunca se demostró la ocurrencia de tales fraudes.

Antes de continuar prefiero definir qué es el fraude electoral y en qué consiste: según Wikipedia lo define como “la intervención ilícita de un proceso electoral con el propósito de impedir, anular o modificar los resultados reales ya sea aumentado la cantidad de votos de un candidato favorecido, disminuyendo los de los candidatos rivales o ambas”. El fraude electoral se usa la compra de cédulas, uso de los fondos públicos para otorgar favores, publicar encuestas falsas y manipuladas; comprar el voto, ofertar cargos públicos, incitar al miedo y finalmente el fraude electrónico, que es parecido a un golpe de estado.

Algunas de las  técnicas que se usan para el fraude electoral son: 1) la compra de voto: los candidatos o partidos políticos ofrecen dinero, comida, ropa o incluso electrodomésticos a cambio de que la gente vote por ellos; 2) Suplantación de identidad: Consiste en que una persona se hace pasar por otra durante el proceso de votación, con el fin de emitir más votos a favor de un determinado candidato o partido político; 3) Manipulación de votos: consiste en alterar los resultados de las votaciones a favor de un determinado candidato o partido político. por ejemplo, manipulando las máquinas de votación, falsificando los resultados o simplemente inflando los números a favor del candidato o partido político que se quiere beneficiar. 4) Exclusión de votantes: consiste en impedir que ciertos grupos de personas voten, ya sea por razones políticas, étnicas, de género o económicas.

A partir de 1980 muchos países Latinoamericanos iniciaron la transición a la democracia, como en Chile que se involucró a la ciudadanía para evitar desviaciones en los resultados electorales; en 1978 en República Dominicana se restauró la democracia, Participación Ciudadana con la observación electoral logra aumentar la transparencia y posteriormente con la creación de la nueva ley electoral 15-19 y la ley 33-18 de partidos políticos. Con la descentralización del órgano electoral con la JCE y con la supervisión a través del Tribunal Superior Electoral. Con estas nuevas ordenanzas se garantiza más transparencia en los procesos electorales.

El problema que queda pendientes es cerrar la brecha para que no ocurran fraudes electorales electrónicos a través de la inteligencia artificial con un montaje con algoritmos donde se pre establecen los resultados a favor de un candidato y en contra de los demás candidatos en franca violaciones a los derechos ciudadanos y representando un duro golpe para el sistema democrático. Este tipo de fraude puede ocurrir cuando el órgano electoral está presidido por miembros que responden a un solo partido político y es muy difícil de comprobar. De ahí, que, para evitar esa situación de vulnerabilidad a los derechos ciudadanos, los miembros de la Junta Central electoral deben estar representados por personas apolíticos o con representación similar para cada partido.

El mayor golpe que puede recibir el sistema democrático es que se prepare un fraude electoral consciente de que se está ejerciendo y que se sabe que es una violación a las leyes y a la constitución de la República y que podría dar origen a que se instale un régimen ilegítimo e ilegal que finalmente degenere en una dictadura sin respaldo popular, se quiebre el sistema y se lleva al colapso de la democracia que ilegítimamente parió un hijo hereje, que pulveriza todos derechos ciudadanos.

Quienes dirigen los órganos electorales deben tomar conciencia, que si bien desean que un partido de su preferencia gane las elecciones sean con los votos emanados del corazón del pueblo y con la libérrima acción del voto directo, secreto y sin coacción de tal manera que no se ponga en juego la democracia que tanto lucharon nuestros héroes y fundadores para legarnos ese derecho legítimo e irrenunciable a que tiene derecho cada ciudadano para que su voto sea respetado. Esperamos que en las elecciones del 19 de mayo del 2024 el fantasma de fraude electoral sea un episodio superado.

of-am

Compártelo en tus redes:
ALMOMENTO.NET publica los artículos de opinión sin hacerles correcciones de redacción. Se reserva el derecho de rechazar los que estén mal redactados, con errores de sintaxis o faltas ortográficas.
0 0 votos
Article Rating
Suscribir
Notificar a
guest
0 Comments
Comentarios en linea
Ver todos los comentarios