El falso dilema entre triangulación y movilización

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El autor es antropólogo. Reside en Nueva York.

Por FELIX REYES

En los últimos días, he notado con preocupación lo que parece ser la implementación, por parte de sectores progresistas dentro del Partido Demócrata, de una línea de acción política orientada a presionar al candidato de este partido a que adopte sus propuestas políticas radicales.

Esta línea de acción puede ser identificada en el trasfondo de diversos artículos de opinión publicados en periódicos digitales norteamericanos de orientación progresista, tales como The Intercept, Jacobin, Salon y Mother Jones.

El contenido argumentativo de estos artículos se basa en la creación de un falso dilema, por el cual el candidato demócrata debe escoger entre la estrategia de triangulación y la estrategia, favorecida por estos sectores, de energizar y movilizar la base partidaria para que acuda a las urnas.

Según estos sectores, propuestas radicales, como la del Nuevo Pacto Verde, la eliminación del departamento encargado del control migratorio y el desfinanciamiento de los cuerpos policiales, serían, entre otras, las que llevarían energía a importantes segmentos de la base partidaria (ecologistas, hispanos, afroamericanos) y las movilizaría el día de las votaciones.

La falsedad del dilema planteado radica en que no es verdadera la premisa según la cual las propuestas radicales son las que llevarían energía y movilizarían las bases partidarias, ya que quedó demostrado lo contrario en el hecho de que las mismas no movilizaron a una mayoría ni siquiera en un escenario más favorable como lo fue la competencia interna de las primarias, donde mayormente votan aquellos con sentido de pertenencia a los partidos politicos, por lo que son los más  motivados.

Si eso fue en las primarias, imaginemos lo que ocurriría en las elecciones generales de noviembre próximo, escenario en el que esa parte de la población que no se mueve por motivaciones ideológicas, aquella que ni siquiera está muy pendiente de temas políticos, es la que, al votar, decide quién gana.

Además, numerosas mediciones han mostrado que el factor que más movilizaría al electorado demócrata y a sectores independientes es el sentimiento anti- Trump, suscitado a partir del rechazo a sus políticas polarizantes y su desdén hacia toda norma de convivencia política, siendo la percepción del candidato Biden como el que garantiza mayor posibilidad de triunfo lo que determinó que resultara vencedor en las primarias.

Visto lo anterior, resulta a todas luces impertinente contraponer propuestas que vayan al extremo opuesto de Trump, profundizando la polarización y el abandono de las políticas de convivencia que han regulado la relación entre los dos grandes partidos norteamericanos durante más de 150 años.

Por lo expuesto hasta aquí, la pertinencia de una estrategia de triangulación, sin descuidar la movilización de las bases, es más que evidente en una coyuntura como la presente.

El concepto de triangulación en política se hizo popular en las elecciones norteamericanas del 1992 cuando Bill Clinton ganó esas elecciones implementando una estrategia orientada a obtener el apoyo no solo de sectores liberales y de minorías étnicas que tradicionalmente apoyaban este partido, sino también de sectores independientes y segmentos demográficos que tradicionalmente apoyaban al Partido Republicano.

La participación de figuras relevantes del Partido Republicano en la convención demócrata celebrada recientemente mostró claramente la voluntad de este partido de continuar adoptando esta estrategia de triangulación.

Aunque con algunas reservas, tanto Bernie Sanders como la mayor parte de sus seguidores han entendido la necesidad de, adoptando la estrategia de triangulación, construir una amplia coalición para derrotar a Trump.

Ahora bien, desde el momento en que Joe Biden fue seleccionado como candidato presidencial del Partido Demócrata, algunos sectores que apoyaron a Sanders empezaron a enviar señales de que condicionaría su apoyo a que el mismo asumiera sus propuestas (Nuevo Pacto Verde, Medicare para todos, eliminación del departamento de control de fronteras y migración).

Más adelante, a raíz de las manifestaciones de protesta por el asesinato de George Floyd en Minnesota, a las anteriores demandas, este sector ha estado exigiendo que se agregue en el programa del candidato demócrata el desfinanciamiento de los cuerpos policiales como primer paso hacia un absurdo desmantelamiento progresivo de estos.

La preocupación expresada al comienzo de este escrito se basa en mi temor de que se repita la experiencia del año 2016, cuando una parte importante de quienes hoy exigen la inclusión de sus propuestas radicales, motivaron la abstención o el voto por una tercera opción, facilitando de esa manera el triunfo de Trump.

Ya son notables esfuerzos dirigidos a potenciales votantes demócratas, sobre todo a jóvenes universitarios y miembros de minorías étnicas, con el objetivo de generar actitudes abstencionistas, creando la percepción de que es lo mismo votar por Biden que por Trump.

A estos esfuerzos se suman irresponsables declaraciones de influyentes personalidades vinculadas a este sector, tales como Nina Turner, Cornell West y el director de cine Oliver Stone. Ese último, ayudado por su amigo Vladimir Putin, incluso contribuyó a la campaña sucia en contra del candidato demócrata que promueve Trump.

Para concluir, debo decir que todos aquellos que vivimos aquella angustiosa noche de noviembre del 2016 que nos trajo a Trump y hemos visto con impotencia cómo este presidente ha conducido el país a la deplorable condición en que se encuentra hoy, debemos tener presente esa experiencia y evitar que se repita la historia, por la acción de politicos irresponsables como los mencionados.

felireyes@aol.com

JPM

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Henris gonzalez
Henris gonzalez
3 Años hace

Ciertamente el partido demócrata carece de una estrategia agresiva sin que se perciba beligerante. La actual estrategia no promete. El DNC debería hacer una mesa redonda donde defina claramente la estrategia y le den seguimiento. Para poder derrotar a Trump es necesario ser agresivo, como el.
El partido demócrata debe concentrarse en los estados swings; de ahí surgira el próximo ganador.

Felipe Guzmán
Felipe Guzmán
3 Años hace

Tremendo artículo, una advertencia a no cometer los errores del 2016.

Porfo san
Porfo san
3 Años hace

Excelente artículo sr Feliz , por algunos políticos demócratas no definirse , podría continúar con la pesadilla que tenemos ahora y que no debe repetirse .

Joel m.
Joel m.
3 Años hace

m.

Leocadio
Leocadio
3 Años hace

Je je, si esa noche de noviembre del 2016 fue angustiosa, la de este año será horripilante, señor Hermann Monster. Trump esta vez ganará más cómodo.

Alex
Alex
3 Años hace

Ya el triunfalismo se le está desvaneciendo a este pariguayo, empezó a llorar temprano, Donald Trump es imbatible.