El descaro de una nueva modificación constitucional

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EL AUTOR es ingeniero. Reside en Nueva York

Hay realidades que para ser creídas  hay que verlas pasar y aún así muchas veces  nos resulta muy difícil creerlas y mucho más difícil el aceptarlas.
El modelo de reelección indefinida pero no sucesiva de la constitución del 2010 nos pareció un tanto increíble pero no nos fue tan difícil de aceptar debido al consenso del cual surgió.
En el 2015 entendíamos que el Presidente Danilo Medina se había ganado, con su buen  trabajo como Presidente de la República, el derecho a un segundo período pero al estar impedido por la constitución no podía hacer realidad lo que entendíamos era merecido.
La modificación constitucional del 2015 representa una mancha del Presidente Danilo Medina y del mismo PLD por haber caído en el mismo lugar de Hipólito Mejía de modificar la Carta Magna con la única intención de extenderse 4 años más en el poder, algo que ni siquiera logró.
La decisión del Hipólito Mejía de modificar la constitución provocó la división del PRD, pero en el caso del PLD lo aceptamos por disciplina para garantizar la unidad y mantener la continuidad del actual proceso político y económico que vive el país desde el regreso del PLD al poder en el 2004.
No por desconfianza,  pero para estar más seguros, nos aseguramos de que la constitución de la República en dos artículos diferentes prohibiera la reelección del actual presidente en el 2020, esto último fue planteado por los mismos auspiciadores de la modificación constitucional.
Pero como si lo anterior fuera poco firmamos un acuerdo de 15 puntos  en el Comité Político y luego lo llevamos al Comité Central, y lo que es más aún, lo llevamos a una plenaria nacional de dirigentes, y en uno de esos puntos se establecía que el actual mandatario no optaría por un nuevo período en el 2020.
Visto todo lo anterior, de dónde le sale al anillo palaciego y a muchos altos dirigentes del PLD que pueden  violar todos esos acuerdos y modificar nuevamente la constitución para reelegir al actual mandatario?.
Han  querido justificar esa bellaquería diciendo que el Presidente tiene buenas simpatías porque ha hecho un buen gobierno, entonces la constitución debe decir que el Presidente se podrá reelegir indefinidamente siempre que tenga buenas simpatías, y en vez de llamarnos República Dominicana nos llamaríamos Batey I.
La única explicación a todo  este absurdo es el descaro y el deseo deliberado de perpetuarse en el poder festinando la constitución y destruyendo la escasa institucionalidad del país.
Afortunadamente tenemos un líder transformacional  que se llama Leonel Fernández que se ha jugado el todo por el todo con tal de cumplir con su rol de líder y proteger al PLD de la vorágine de poder del actual mandatario.
Bajo la consigna de “No Hay Marcha Atrás” y la “Constitución  no se Toca”  se ha tocado la parte más
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