“El cuarto de Tula le cogió candela”

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El autor es profesor universitario. Reside en Santiago de los Caballeros.

La situación en el Partido de la Liberación Dominicana parece “calentarse” minuto a minuto. Todos los días surge una información nueva. Hasta Mike Pompeo (Secretario de Estado de Estados Unidos) ha tenido que intervenir. Leo ha mandado a sus secuaces a acampar frente al Congreso, que ellos dirigen dentro (?). El famoso proyecto de reforma constitucional nunca acaba de llegar, pero siembra la zozobra. Una rueda de prensa sustituye a la otra. Leo arenga: “No hay marcha atrás”, pero Dani le roba el eslogan y profetiza: “E pa lante que vamo” y, por su lado, el ministro le dice a los que se oponen: “¡Cállense! (como le dijo el español al venezolano)”. “No es modificar la Constitución, sino solo un artículo discriminatorio”, explicó el otro. La “dictadura con respaldo popular”, al parecer, ha encontrado su escollo más importante en sí misma. Como le pasó al Imperio romano.

La semejanza con el declive del Imperio romano es estrecha. Las fiestas bacanales de Calígula y Nerón, ya disminuyen. Con el derroche del oro, y su consecuente escasez, ocurre lo mismo: con la diferencia de que ahora se acude a sobornos, a préstamos, a bonos soberanos… Por otra parte, sabemos que había dos Imperios: uno griego y otro latino. Ya Roma no era el centro del Imperio Romano: ya la casa nacional del PLD o la Presidencia de esa organización no es quien decide. Además, el Comité Político, el Comité Central, los legisladores y los ministros están igual de divididos (se siente la aurora de Diocleciano): Constantinopla terminó desplazando a Roma.

En la Roma citada, ocurrió una gran invasión de bárbaros. En el PLD, ha ocurrido una integración de extranjeros: ni ellos saben cuántos partidos son aliados. Pero estos partidos se han convertido en parte del mal porque primero estaban con una facción y después con otra, con excepción de casos como el de la Debilidad Nacional Progresista, perdón, la Fuerza Nacional Progresista. Pensemos que el Partido Revolucionario Dominicano está incrustado entre la Cancillería y algún otro Ministerio o Dirección. Aunque son aliados, dos elementos se constituyen en grandes interrogantes: ¿qué tanto le pueden aportar en un proceso electoral? y debido a que han nombrado a sus correligionarios, ¿no habrán debilitado también la estructura del partido de Gobierno?

Otro de los aspectos que se configuraron, para la debilitación mortal del control, fue precisamente el aspecto militar, que ya no era suficiente para controlar las fronteras. A veces, como pasó con el general Flavio Estilicón, los emperadores mandaban a asesinar a generales. Si se mataban entre sí, ¿quién los defendería? Increíblemente, el PLD ha apelado a militarizar el Congreso, adentro y afuera. Por razones distintas y disímiles, los militares aparecen en el momento en que se desintegra el poderío absoluto y mesiánico de los morados. Por último, no me lo van a creer, pero escoger al nuevo emperador siempre fue una jaqueca para los romanos. Eventualmente, entre las dos guardias había una pugna: el ejército común y la Guardia Pretoriana (la cual terminó imponiéndose: incluso, vendiendo el trono al mejor postor). Al parecer, al PLD le está pasando algo similar.

Juan de Dios Ventura (segunda versión de “Entren tó”) compuso un merengue para oponerse a la repostulación del gobernante, con quien comparte filas. Irónicamente, parece que la múscia también se une al show. Mientras escribía este artículo, estaba reproduciéndose una canción cubana, un son clásico, que decía algo como: “El cuarto de Tula le cogió candela, se quedó dormida y no apagó la vela”. Me pregunto: ¿En el PLD estará pasando lo mismo?          

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