El Cántaro

El difícil entorno internacional, que se cierne como espada de Damocles sobre la Republica, obliga al liderazgo del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) a no adelantar diligencias sobre aspiraciones políticas individuales o de grupos que lesionen u obstruyan el canal de convivencia y retroalimentación  con el Gobierno.

La misma exhortación va dirigida a quienes tienen o tendrán responsabilidades mayores o menores en el Poder Ejecutivo o en el Congreso que deberán asumir como objetivo vital para el próximo cuatrienio una relación de correspondencia biunívoca con   la dirección del PLD.

Una todavía arraigada cultura insular nos hace creer que el destino dominicano se circunscribe al territorio de más de 48 mil kilómetros cuadrados, razón por muchas veces desde el Gobierno y desde el Partido no se pone atención a los vaticinios sobre tormentas  allende los mares.

Durante los 16 años de gobiernos peledeistas,  la economía dominicana se ha mantenido  en el carril del crecimiento, incluido los años de la cruenta crisis  financiera mundial que se desato en 2008 con la explosión de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos.

No debería olvidarse, sin embargo que  durante el gobierno del presidente Hipólito Mejía se produjo aquí un crack financiero y económico que puso a la economía patas arribas, con la generación de más de un millón de   nuevos pobres, inflación galopante y la economía en situación de  cesación de pagos.

En Latinoamérica, solo las economías de  República Dominicana y Panamá tienen previsión de crecimiento notable en su PIB de 2016, mientras  los demás países se reducen a  crecimiento negativo o estancamiento. Es claro que aquí no debemos abusar de la suerte ni dejarle todo el trabajo a la Virgen.

Sin que todavía el presidente Danilo Medina se haya juramentado  para su nuevo periodo, dentro del PLD se desata una suerte de piñata por cargos congresuales conectado a distancia con el 2020, lo que constituye un comportamiento político contrario al mandato que la población encomendó al parido de Juan Bosch.

El Comité Político del PLD está compelido a colocarse a la altura del gran momento histórico que vive la nación y dedicar todo su esfuerzo a promover unidad en la diversidad, disciplina y respeto a los estatutos y al liderazgo del Partido.

Ningún interés individual o grupal puede ni debe poner en peligro la agenda vital del Gobierno y del Partido que se centra en promover  pactos y políticas públicas relacionadas con la fiscalidad, rescate  de la industria eléctrica, seguridad pública, saneamiento del déficit públicos y justa redistribución del ingreso.

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