El Barrilito o Fondo de Gestión Social

Tengo muchos deseos de unirme a todos aquellos que dicen y que proclaman que no tienen por que aplaudir la suspensión de una parte del llamado barrilito por los meses restante del año para los diputados, según lo expresara en el hemiciclo ayer el Licenciado Abel Martinez. Los que se expresan así, basan su postura en que el mismo fue atribuido en beneficio de los legisladores, haciendo un abuso de su poder legislativo y en contra de preceptos constitucionales en lo que respecta a las funciones de los estamentos del estado. Yo quisiera decir eso sismo , pero no me atrevo. No me atrevo, porque en nuestro sistema de política clientelista y populista, hemos enseñado, desde la misma fundación de la República, que los políticos, y más aquellos que recibieron el favor popular para ostentar los cargos de que disfrutan, que la ayuda, la cuña, etc., es parte de la recompensa económica y moral obligada que debe recibir el elector para satisfacer las demandas que no le son cubiertas por las dependencias oficiales del gobierno central. Cada día los recursos son menos y las necesidades mayores, y si el gobierno central tuviera la capacidad de invertir los recursos necesarios y de manera transparente a los sectores necesitados, ninguna asignación a ninguna institución, sea cual sea, tiene ni una sola razón de ser; más aún, se convertiría, en ese caso, como una aberración auspiciadora de fraudes, robos y desfalcos al erario público y un despilfarro vulgar del dinero que aportamos a a través de los organismos recaudadores del estado. Yo no tengo el honor de ser senador ni diputado, desde donde pueda defender al pueblo; pero sin serlo, visite unos familiares de mi padre que nunca conocí y que no sabía de su existencia hasta la muerte de este por Javava y La Laguna entre Moca y Salcedo, y mi dolor fue tan grande que tuve que buscar recursos de donde no tenía, para llevar algo que sirviera de paliativo al dolor, enfermedades y carencias esenciales de esos familiares. Luego, se me acercaron amigos y relacionados de ellos a ver si yo podía resolver también, de alguna manera, algún problema médico y de alimentación que también poseían.Lleve luz eléctrica ropa, medicinas, equipos médicos, construir pisos de cemento, teche casas, pague entierros, etc. Ellos no votaron por mi para nada, pero encontraron una tabla de salvación donde apoyarse y yo no puede sustraerme a mi condición humana y ayudarles sin esperar absolutamente nada que no fuere cumplir con mi conciencia. A los senadores, diputados, síndicos, etc. les muy difícil hacerse los indiferentes frente a las necesidades de los votantes y compuse blancos. Y mucho más difícil se les torna cuando esos votantes con sobrada razón, creerán, que estos disponen de cuantiosos recursos para esos fines, sin que necesariamente sea así. Suspender o no un barrilito o como se quiera llamar, si el dinero es usado adecuadamente por aquellos a quienes le es asignado constituye un problema mayor del ahorro que se persigue. Lo importante sería, y en eso no creo que quepa duda alguna, que se cree un mecanismo de control para que el barrilito o esos fondos de gestión social, sean reembolsados cada mes previa presentación de las facturas de gastos con valor fiscal que sean presentadas; y si el gasto no fue a través de una empresa, si no a un particular, con copia de la cédula cédula de este y un recibo firmado o con sus huellas, así como el concepto por el cual se hizo el aporte, a fin de que pueda ser constatado en el cao de una investigación sobre el particular. Entre la verdad del uso de los recursos del barrilito o fondo de gestión social y el posible robo atroz e inhumano de algunos o de muchos, esta un pueblo necesitado. Así pues lo importante es crear los controles para que el pueblo reciba lo que necesita como mecanismo compensatorio en un momento determinado, y no que mueran personas porque no recibe ayuda ni de uno ni de otro.