Dominicanos en Nueva York pasan “la de Caín” para obtener sus cédulas

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NUEVA YORK.- Los dominicanos residentes del estado
de Nueva York están siendo maltratados, mal informados entre otros sinónimos de
mal servicio por parte de los representantes de la JCE radicada en esa urbe, al
menos esa es la experiencia que muchos se llevan a sus casas después de acudir
a sus oficinas para obtener o retirar sus cédulas.

El señor José Paniagua describe lo que para él ha
sido un verdadero viacrucis al momento de tratar de obtener su cédula. “Yo llevo desde el año 2010 tratando de
obtener mi cédula, pero en ocasiones que ido a retirarla me dicen que no hay
plástico y que debería de volver luego. Me cansé de dar viajes hasta que
decidieron cerrar la JCE.”, expresó.

Su rosario sigue así: Me contacté con la JCE; y me
cuentan los que han fracasado en el intento que yo debí haber estado tocado por
un ángel porque “esa gente” me contestaron el teléfono. Lo cierto es que la
representante que atendió mi llamada de nombre María Del Carmen Barrientos me
dijo que los horarios de la JCE eran de 9:00 a.m. a 5:00 p.m., pensé que esta
vez sí obtendría mi apreciado documento. Tomando en consideración el horario
que me informaron, procedí este pasado sábado día 2 del corriente mes a
trasladarme al bajo Manhattan para como todo buen ciudadano obtener mis
credenciales de lugar, pero como dicen por allá “una cosa piensa el burro y
otra el que lo apareja”.

Llegué a las 10:15 a.m. y al tratar de hacer mi
“majestuosa” entrada en el 1501 de Broadway fui intersectado por un “querubín”
que me preguntó a donde me dirigía, le expliqué que quería ir a la JCE para
proceder retirar mi cédula, pero el
“querubín” me dijo que la JCE tenía la cantidad de personas que iban atender
por ese día. Le pregunté qué cuantas personas era la “cuota” que ellos debían
de atender y me contestó que debido a “regulaciones del edificio” sólo podían
atender 30 personas. Y que me aconsejaba ir al alto Manhattan al South Beach
Restaurant y que ahí me atenderían.

Si las explicaciones absurdas o estúpidas fueran
reconocidas con un galardón, de seguro que esta fuera una buena candidata para
obtener el primer lugar. ¿Por qué digo esto? Porque se supone que si las 30
personas que subieron deben permanecer en el salón de la JCE todo el día,
entonces los sistemas y los tan bandereados procesos están hechos de estiércol.

En un sistema donde se valora al ciudadano que
trabaja se debería de pensar en él. Lo más lógico, digo si se tiene lógica,
sería que según se vaya terminando con las personas proceder dejar subir más
personas.

En qué cabeza cabe que en esta ciudad, que tiene una
“caterva de dominicanos” que trabajan y que consideran el sábado como el día
ideal para resolver sus asuntos sin tener que perder un día de trabajo, 30
personas por día es un número razonable, “eso se cae de la mata”.

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