Diputado nacional y voto preferencial
Ahora que se incluirán dentro de las prioridades conjuntas del poder ejecutivo y el congreso nacional, el conocimiento y aprobación de las Ley de Partidos y la Ley Electoral, es oportuno plantear algunas distorsiones que pueden corregirse, tanto para la selección del diputado nacional por acumulación, como en el voto preferencial para seleccionar a los diputados.
El diputado nacional por acumulación es una figura instituida en los países democráticos, con la intención expresa, de garantizar representaciones a las formaciones políticas que no logran a obtener curules en las demarcaciones territoriales, pero que alcanzan una votación a nivel nacional que acumulada prueba su nivel de respaldo y por lo tanto merecen estar representados en el congreso.
En resumen, el diputado nacional por acumulación representa a expresiones políticas de minorías en el congreso. Con esa figura se permite a los partidos minoritarios obtener representación en el poder legislativo, en el entendido de que todas las ideas y corrientes del pensamiento tienen el derecho a expresarse en el congreso, incorporándolas y comprendiéndolas, de paso con respetar el orden institucional, ya que se les concede la oportunidad de decidir sobre el curso y las normas de la sociedad con su participación, lo que evita que recurran a acciones extremas para ser escuchados.
En República Dominicana, tenemos diputados que ocupan una curul con menos de cinco mil votos, como son los casos de demarcaciones como Pedernales y Elías Pina, para citar solo dos casos,.
Sin embargo tenemos fuerzas políticas que alcanzaron entre cinco y doce veces más votos y no tienen ninguna representación y esto ocurre porque un reglamento, reparte los cinco representantes por acumulación entre los partidos mayoritarios, lo cual constituye una negación del principio de representación de las minorías.
Tal iniquidad se fundamenta en que: a las fuerzas minoritarias se le exige alcanzar una votación porcentual mínima, no haber logrado representación en ninguna parte del país y no haber participado aliadas a ningún partido mayoritario, es decir, aunque no alcancen una curul, si van aliados a otras fuerzas que si lo logran, los partidos minoritarios no tienen derecho a optar por una curul nacional, aunque sobrepasen el porcentaje mínimo exigido.
Eso fuera justo, si ese mismo reglamento no dispusiera que esas curules se repartan entre los partidos mayoritarios, que además ir aliados también, han logrado representación e incluso representación de mayoría absoluta como el caso de nuestro aliado, el Partido de la Liberación Dominicana.
El otro elemento de iniquidad para asignar los diputados por acumulación nacional, lo representa el que, la suma de los votos obtenidos por los partidos minoritarios es incorporada a la de los partidos mayoritarios, en tanto que fuerzas que personifican las alianzas y los mismos forman parte de la votación alcanzada por la coalición al momento de distribuir las representaciones territoriales al Congreso, aumentando la cantidad de legisladores de esas fuerzas.
Como se puede apreciar, los partidos mayoritarios amplían su representación congresual engulléndose los votos de sus aliados pequeños, al tiempo que les impiden, por fuerza de un injusto reglamento, acceder al derecho de estar representados en el Congreso.
Nótese que en las últimas elecciones congresionales realizadas en el país, los partidos emergentes o minoritarios aportaron entre un siete y un dieciséis por ciento de la votación a los respectivos bloques de alianzas en que participaron.
Lo correcto es asignar las cinco curules a las fuerzas, que sin haber alcanzado ninguna representación territorial, obtengan la mayoría de votos dentro los partidos emergentes, sin ninguna condición de porcentaje y sin importar si concurren aliadas o separadas, pues el diputado nacional por acumulación lo que busca es garantizar la representación de las formaciones minoritarias, pues, en nada beneficia o perjudica la sociedad que una fuerza política que tiene cien legisladores, se adiciones dos o tres más.
En cuanto al voto preferencial como se ha venido aplicando, a lo único que contribuye es a promover la competencia a lo interno de los partidos, pues pone a los aspirantes a pelear contra sus propios compañeros de boletas por la preferencia de la franja de votantes de su litoral, al tiempo que limita al votante a escoger a un solo legislador dentro de la boleta de un partido.
Lo ideal sería que los ciudadanos tuviésemos la oportunidad de votar por tantos candidatos a diputados como tengan nuestras demarcaciónes, sin importar que todos sean del mismo partido o de distintos, es decir, que si mi localidad tiene tres diputados, yo pueda votar por tres candidatos diferentes, sin importar que estos sean de partidos distintos.
El actual sistema no es preferencial, es demencial y desgarrador, pues en muchos casos la competencia entre compañeros por una curul, ha devenido en desgarramiento para los propios partidos. Evaluar la conveniencia entre permitir el voto abierto por tantos candidatos como curules existan o volver al voto de lista cualificada es preferible, a la situación actual.
Total, lo único que habría que establecer en caso de que se entienda conveniente regresar al sistema de lista cualificada, es que, el orden de las candidaturas en la boleta será en función de los votos que los postulados obtengan en las primarias o convenciones de los partidos.
Corresponde al presidente Danilo Medina, correr una iniciativa para que la ley corrija, tanto la iniquidad al otorgar las diputaciones por acumulación poniendo estas a disposición de las minorías como la corrección en la actual manera de seleccionar los diputados por demarcaciones.