Diez preguntas antes de felicitar a una mujer

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LA AUTORA es abogada. Reside en Santo Domingo.

El 8 de marzo se conmemoró el Día Internacional de la Mujer y organizaciones feministas organizaron n, a nivel mundial, un llamamiento a paro para recordar demandas viejas, pero que cada día se hacen más urgentes y evidentes

Al margen de esto, y como es de rigor, este día la opinión pública y nuestro entorno estuvo copado de felicitaciones, discursos de igualdad, de empoderamiento femenino, de ese pilar que somos las mujeres y por supuesto no faltará el cliché de “las mujeres son la mitad del mundo y mamá de la otra mitad”.

El pasado año me tocó pasar este día en Bucarest y las flores a cada compañera de trabajo e invitación a almorzar (pagado por los hombres) fue parte del ambiente “festivo” de ese día. Así que la cosa es mundial.

Sobrarán los artículos que traerán el relato del origen de este festejo por lo que yo no pretendo repetirlo aquí, lo que sí, es que quisiera enumerar algunas ideas que deberían ser tomadas en cuenta antes que tú (hombre o mujer) decidas felicitar a la mujer en este día:

  • No deberías felicitar a ninguna mujer hoy, si como empleador o empleadora consientes que una mujer y un hombre que realizan el mismo trabajo ganen sueldos distintos.
  • Si, como mujer u hombre, opinas que una mujer no puede ser presidenta de la República.
  • Si consideras que tu niña debe cumplir con una serie de tareas antes de poder salir a jugar, pero tu niño no necesita hacerlo.
  • Si piensas que una mujer necesita de la ayuda o soporte de un hombre para desarrollarse.
  • Si entiendes que una mujer víctima de violencia intrafamiliar lo es, porque es débil, o porque quiere.
  • Si entiendes que tu hijo puede ser lo que quiera, pero tu hija no.
  • Si usas etiquetas para calificar las elecciones que haga una mujer. Y no comprendes que tiene derechos sexuales y reproductivos.
  • Si sientes que el respeto a una mujer en un espacio público depende de cómo ella vaya vestida.
  • Si crees que los oficios domésticos solo pueden ser realizados por las mujeres, pero al mismo tiempo no lo reconoces como una tarea adicional.
  • Si piensas que el cuidado de tu hijo o hija es un asunto solo de la madre.

Autores se refieren a “igualdad sustantiva” a aquella que, en la práctica, garantiza que oportunidades entre mujeres y hombres se traduzcan en hechos. Si por tu acción, omisión o creencia colocas a una mujer en situación de inequidad no debes unirte a las voces que felicitan.

JPM

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