Después será muy tarde…

Definitivamente es imposible pasarse un fin de semana
tranquilo y alegre en la República Dominicana. No porque la pequeña burguesía,
a la cual me honro en pertenecer, no tenga ambiente para también sus pequeñas
evasiones. No, no es nada de eso. Lo que sucede es que los periódicos ya no
están respetando siquiera la santidad del domingo para dar a conocer noticias
desagradables, repudiables y lacerantes que disminuyen el ánimo nacional.

En los últimos días, según aparece
publicado en los principales
diarios de circulación nacional la sociedad dominicana, ha sido estremecida por varios
acontecimientos de diferentes naturalezas que deben llamar a la reflexión a
todos.

La espectacularidad de los hechos, las novedosas
modalidades, los escenarios escogidos y los actores involucrados y visibles son
señales inequívocas de que en nuestro país,
ciertamente, estamos asistiendo a un estado de cosas jamás imaginado. ¿Como es posible, amigos lectores, que en menos de dos
semanas el país haya sido escenario de una avalancha de acontecimientos tan
disimiles e impactantes, que llevan a la conclusión de que más que una
-pretendida distracción como dicen algunos- de lo que se trata es de un desafío
abierto a las autoridades y al Gobierno?

Ahora bien, para
que tengan una idea de lo que estamos diciendo, de lo tormentoso que han sido
estos últimos días para el país, basta referir, que en ámbito de la política exterior, el país
acaba de recibir una condena infamante de parte de la Corte Interamericana de
los Derechos Humanos.

Hay que mencionar, como otro acontecimiento inquietante
la confrontación que mantienen diputados, senadores oficialistas por caso entre
el ingeniero Félix Bautista y el Procurador General de la República, Francisco
Domínguez Brito.

Otros elementos perturbadores para la paz social y la vida
institucional lo constituyeron, además,
el confuso y aún no muy aclarado incidente
acontecido en la Segunda Línea del Metro, donde salieron heridas algunas
personas.

De igual manera, los espectaculares acontecimientos
ocurridos en las dos cárceles más importantes del país como son La Victoria y
Najayo, en donde las habladurías y algunos medios de comunicación han informado
que en esos hechos murieron varias personas y que en los mismos podría estar
moviéndose la mano del crimen organizado
dígase narcotráfico y sicariato.

Otro hecho preocupante, durante el referido corto
periodo que –no-debe verse como una
acción vandálica ordinaria, es el sabotaje a las torres del Servicio Eléctrico,
confirmado luego por el vicepresidente de la Corporación de Empresas
Eléctricas, Estatales (CDEEE), Rubén Jiménez Bichara.

Y finalmente, los movimientos de protestas muy puntuales
llevados a cabo por algunos grupos sociales en los municipios de Santiago y Mao en reclamos, según se ha
dicho, de demandas sociales produjeron la muerte de un joven en días se
graduaría de maestro.

Todo lo arriba narrado es una demostración de que la
sociedad dominicana está viviendo un momento que amerita de la atención
oportuna y el pronunciamiento inmediato
de los responsables de conducir
el Gobierno, en este caso el presidente
de la República, Danilo Medina, para los asuntos que conciernen al Estado.

En cambio, que para terminar con los conflictos de orden
partidario en donde están involucrados
los señores Félix Bautista y Francisco Domínguez Brito, lo propio
debe hacer, con todo respeto, el Comité
Político del Parido de la Liberación Dominicana(PLD), lo más pronto posible. Es la mejor manera de bajar el fuego a la caldera.
Después será muy tarde…. quezada.alberto218@gmail.com

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