Deficiente enfoque…
La semana pasada se celebró en el país la Conferencia Centroamericana y del Caribe de Partidos Políticos, evento organizado por el Parlamento Centroamericano (Parlacen), que, entre otros temas, de la agenda hemisférica y global, abordó la manida “crisis de los partidos políticos” desde la socorrida explicación, acrítica-deficiente, de que los partidos están en crisis por dos razones básicas: desconexión con el palpitar de las sociedades y desfase con los avances tecnológicos y manejo de redes sociales. Por ése agujero, de complacencia y verdades a medias, se escapa-diluye la verdadera “crisis de los partidos políticos”, a saber: las de sus liderazgos-gerencias-
Y en el caso de nuestro país, tal enfoque –excepción, Arnoldo Alemán, ¡increíble!- es ahistórico porque estamos en el escenario -ejemplo del hemisferio- donde los partidos políticos tradicionales son referentes-electorales y donde la tendencia histórica-cultural es que los liderazgos (autoritarios: Santana–Báez–Heureaux–Trujillo
Y si miramos a la redonda, lo que veremos, con la excepción, José -Pepe- Mujica, es un mesianismo-caudillismo presidencialista y de partidos –derecha-izquierda- que “manda madre” y el surgimiento de “líderes” de entretención-improvisados que terminan en la cárcel deshabilitados, y los países pagando el precio de esas aventuras a las que apelan decepcionados de “redentores sociales” –de toda laya- en el contexto de una hegemonía-fáctica mezcla de políticos-partidos tradicionales, empresarios, hechiceros y técnicos-burócratas de altísima vocación “extractiva”.
Sin embargo, y a pesar de esa vorágine de corrupción-pública-privada, mesianismo político y decepción ciudadana, la región exhibe; aunque con bajos estándares de institucionalidad, avances en materia de infraestructura, crecimiento económico, disminución de la pobreza, visibilidad de franjas poblacionales históricamente maginadas, como los Pueblos-Indígenas y afrodescendientes, esperanza de vida, acceso a la salud, la educación y la tecnología en comparación a la década de los ochenta; pero también, se han disparado los embarazos en adolescentes, la generación de los NiNis y la inseguridad ciudadana.
Finalmente, el meollo de la “crisis de los partidos” (déficits de democracia) está, más que en “cuentos chinos”, en fomentar democracia interna y relevo de los liderazgo –o legitimación-eleccionaria-; y esos dos pre-requisitos son incompatibles con jerarquías vitalicias, suplantación-orgánica-
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