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De la escuela de Frankfurt a la «Dominicanidad Transida», de Andrés Merejo
El discurso crítico de Andrés Merejo en su reciente libro, “La dominicanidad transida, entre lo virtual y lo real” (2017) encuentra un fuerte antecedente en la Escuela de Frankfurt (fundada en 1923 en Alemania) como también lo encuentra toda la teoría del análisis crítico del discurso del último cuarto del siglo XX y principios del XXI, a nivel mundial. Desde dicha escuela, un grupo de intelectuales (filósofos, sociólogos, etc.) decidieron unir esfuerzos con la intención de criticar las élites que creían en un cientifismo, a través del cual concebían al ciudadano como un instrumento para obtener riquezas.
En este contexto, Theodor Adorno, Max Horkheimer, Walter Benjamin, Herbert Marcuse y, posteriormente, el alumno más connotado de dicha escuela, Jünger Habermas, asumieron un papel responsable, consistente en denunciar las estrategias de manipulación mediática empleada por la clase dominante para enajenar al pueblo, de manera que este no reclame el cumplimiento de sus derechos.
El libro de Merejo se inscribe dentro del paradigma de análisis de la teoría crítica de Frankfurt, ubicándose en el ámbito geopolítico de lo dominicano, sin importar el territorio en que habite, ya que el cibermundo le permite estar interconectado como si se tratase de un mismo espacio físico.
Merejo ve, en la República Dominicana, un sujeto atrapado entre lo virtual y lo real, transido por las huracanadas de la hipercorrupción y la impunidad que durante décadas se ha apropiado del erario público para hiperenriquecer a funcionarios corruptos y a sus allegados, provocado por la ausencia de políticas públicas verdaderas, dirigidas a satisfacer los derechos básicos del pueblo dominicano, tales como la salud, educación, alimentación, seguridad ciudadana, igualdad, entre otros.
Lo transido en Merejo representa la sensación de tristeza, explotación y abandono con el que la cultura corrupta dominicana ha dejado a los más desprotegidos, por lo que no le queda otra opción que indignarse. Enfatiza, en su crítica, que aunque se dice que la idiosincrasia del dominicano consiste en ser alegre, no es verdad que sea feliz en medio de las circunstancias sombrías que describe.
Las artimañas políticas de los corruptos quedan al descubierto con el emergente cibermundo, en el que las redes sociales han desempeñado un papel importante al desvelar la postverdad “que significa inventar acontecimientos que no han ocurrido de hecho” (Merejo, A. 2017, p. 16). Merejo amplía la ciberpragmática, disciplina lingüística que se encarga del estudio de los actos de comunicación en el ciberespacio de Internet.
Al analizar los memes, las metáforas y las metonimias en discursos de funcionarios pintorescos y políticos cínicos, contribuye al enriquecimiento semiótico, léxico-semántico y morfológico de la lengua hispánica.
Igualmente, Andrés Merejo describe un dominicano infoxificado con alta transmisión de escenas violentas, inmorales y mentirosas que suelen ser utilizadas como astroturfing para que el sujeto dominicano continúe así: transido e infoxificado y, sobretodo, para que no se indigne; recordándonos la crítica de Marcuse, en su obra “El hombre unidimensional”.
Según Merejo, el dominicano excluido sufre las consecuencias de un sujeto político que, como colectividad interpartidaria, no le interesa la construcción de un estado nación, en el que las instituciones públicas sean funcionales, y en el que los funcionarios públicos funcionen para cumplir los derechos de todos los dominicanos. Y es que para Merejo la ética debe colocarnos en valores, en pensar nuestras vidas y las de los otros a futuro, “ya que somos sujeto-sociedad y de manera específica, no sólo somos realidad biológica, sino también realidad moral”. (Merejo, A. 2017, 115), al modo de Jürgen Habermas en “Dialéctica de la ilustración”, “La ética del discurso” y su teoría de la acción comunicativa.
El análisis crítico del discurso en la obra de Andrés Merejo es el resultado de la observación sistemática de las disertaciones políticas durante las últimas tres décadas, en el escenario dominicano, por lo que constituye un antecedente idóneo a los estudios del discurso que permite conocer la línea discursiva de Leonel Fernández, Hipólito Mejía, Danilo Medina y el Movimiento Verde. Su obra viene a complementar la bibliografía sobre el tema, junto a los aportes críticos de trascendentes lingüistas nacionales del nivel de Manuel Matos Moquete, Diógenes Céspedes, Andrés L. Mateo, Manuel Núñez, Odalís Pérez, Bartolo García…
