De Fidel al Che: «Sin contactos de Manila»

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Es innegable que en todo el discurrir de la humanidad, las sociedades formadas siempre presentan graves retos que por lo general, desembocan en buscar el liderazgo de un “hombre providencial” que en la mayoría de las veces concluyen creando más problemas que las soluciones buscadas.

Como pauta de lo anterior, se llega a lo que en la ciencia política se conoce hoy en día como el mesianismo político. El historiador mexicano Enrique Krauze Kleimbor, autor de libros como: “Siglos de caudillos”, “Redentores” y “Biografía del poder”, nos dice así: “el mesianismo político representa riesgos muy grandes. Es la concentración del poder en manos de una sola persona fuerte, carismática y que además convoca al rededor suyo el culto de la personalidad y de quienes los pueblos esperan una salvación. El redentor es un hombre providencial. Pero además, está caracterizado por el apego rutinario al poder y fanático a una ideología.

En consecuencia, esta errónea creencia política endémica en los pueblos al sur del río Bravo, es la génesis por lo que la América Latina ha parido a “mesías políticos” como Fidel Castro en Cuba; Domingo Perón en la Argentina; Rafael L. Trujillo en la República Dominicana; Getulio Vargas y Joao Goulart en Brasil y Hugo Chávez en Venezuela, generando de hecho la simbiosis clásica entre el  mesianismo y el populismo  los cuales  se nutren mutuamente.

La admiración hacia estos líderes mesiánicos es tal, que entre sus acólitos genera una especie de veneración como si fueran dioses, seres inmortales, de conductas impolutas, con capacidades por encima de los demás, infalibles en materia política y capaces de resolver todos los problemas. Sus palabras son una especie de dogmas a las que hay que aceptar y obedecer ciegamente, sin que en ello medie en lo más mínimo un ligero análisis mental de sus seguidores para evaluar si están o no en lo correcto. Por esa sumisión ciega, muchos pierden la vida de quien menos lo esperan.

EL AUTOR es escritor. Reside en Nueva York

No voy a repetir sobre Fidel Castro lo que he escrito en varias oportunidades, pues sería llover sobre mojado. (1)  Pero, es necesario  recalcar que Fidel Castro toda su vida fue un mentiroso de marca mayor, un ególatra que no admitía que nadie cercano a él le irradiara un poco de sombra y que, como ya he planteado otras veces, sufrió terribles traumas familiares por el rechazo de su propio padre los cuales marcaron su identidad sicológica para el resto de su vida.

Pero de todos esos anti valores que acumulaba el tirano de Birán, proyectaba dos que resultaron muy peligrosos: era un traidor y un desleal consumado. Esto no es fruto de mi imaginación ni mucho menos mi posición totalmente contraria a su nefasto régimen. La amistad, la lealtad y  el agradecimiento, nunca fueron patrimonio ni en la mente ni mucho menos en el corazón del sátrapa cubano.

Veamos:

1.- a) Camilo Cienfuegos Gorriarán. Fue uno de los Comandantes más paradigmático de la Revolución Cubana, uno de los fundadores del Ejército Rebelde y figura emblemática del proceso revolucionario que llevó al barbudo de Sierra Maestra al poder.   Ese ropaje popular de que gozaba no le fue extraño al narcisista político de Fidel Castro, amén de que, su propósito era desaparecer uno a uno a todos los Comandantes que lo ayudaron adueñarse de Cuba. Murió “misteriosamente” cuando su avioneta cayó cuando volaba desde Camaguey a Cuba después de hacer prisionero a Hubert Matos por orden del Fidel Castro.(2)

2.- b) Hubert Matos Benítez.  No solo fue el guerrillero que peleó en todos los frentes, sino que además,  era un docente, escritor  y  uno de los Comandantes históricos de la Revolución Cubana. Luego de notar el giro que estaba tomando la asonada hacia el comunismo, se dirigió a Fidel Castro en una carta y posteriormente fue acusado de sedición por el régimen. Se le pasó uno de los célebres “juicios” que hacen los comunistas y fue condenado a 20 años de prisión que cumplió en la Isla de la Juventud. Antes de Cienfuegos hacerlo prisionero, le advirtió  que Fidel Castro lo iba a eliminar por la popularidad que él tenía en el pueblo y así sucedió. Hubert Matos murió en el exilio en Miami  a los 95 años de edad.

3.- c) Eloy Gutiérrez Menoyo.  Español de nacimiento y nacionalizado cubano, fue otro de los Comandantes revolucionarios en Cuba que, tras ver el giro comunista de la Revolución,  se sintió engañado por Fidel. Fue figura clave en la organización Miami Alpha 66, desde la cual luchó en contra del gobierno que él ayudó a subir en Cuba. Regresó a la isla y fue apresado y condenado a 30 años.  En prisión hizo trabajos forzados y por negarse a ponerse el uniforme de reo,  le dieron una paliza que lo dejó inválido por meses, casi ciego y sordo. Por gestión de España, fue liberado en 1986 y llevado allí. Fundo “Cambio Cubano” y creyendo que en Cuba podría haber una apertura política, regresó a la isla a pesar de todo lo que pasó y fue acusado de traidor por el exilio. Murió en la Habana creyendo  -como se dice popularmente-  que una mata de aguacate puede dar manzanas.

4.- d) William Alexander Morgan Ruderth. Un exsoldado estadounidense que por indisciplinado fue a prisión de la cual se escapó y dado de baja deshonrosa. Se involucró con un amigo en el tráfico de armas para los guerrilleros cubanos y luego se une a la Revolución en la Sierra del Escambray y se integra al Segundo Frente Nacional dirigido por Eloy Gutiérrez Menoyo.  Asume el control de Cienfuegos y al triunfar la revuelta, se une a la caravana de Castro que se dirigía a la Habana desde Santiago de Cuba. Es nombrado Comandante y Fidel lo presenta como héroe.

Morgan también se disgusta con el giro de la Revolución y no oculta su anticomunismo y su malestar por la forma en que se expresan de los Estados Unidos el gobierno. Aún así,  sigue creyendo en la Revolución y Gutiérrez Menoyo le habla de los planes de invadir la  ciudad de Trinidad para derrocar a Castro y Morgan traiciona a su antiguo jefe.  Menoyo y su grupo son apresados y Fidel dice por TV que “Morgan no es americano sino un héroe cubano”. Morgan fue enviado a Escambray y  allí decide  revertir el proceso revolucionario. Enterado el régimen, es apresado y condenado al paredón donde fue fusilado en 1960.  Así pagó su lealtad a Fidel.

Sin contactos de Manila

De todos los Comandantes históricos y destacados,  solo quedaba Ernesto Guevara de la Serna “El Che”, el cual se había convertido en el “mito revolucionario”, algo que a Fidel Castro  por las razones expuestas más arriba no lo parecía asimilar. Pero, aparte de ese recelo peligroso sobre la cabeza de “El Che”, se cernía uno de mayor peso: no era de mucho agrado a los soviéticos y estos ejercían una enorme influencia en las decisiones de Fidel Castro en vista de que, como ya sabemos, la Cuba castrista ha sido siempre una parasitaria política como fue de la extinta URSS y ahora de Venezuela.

Cuba era un dominio soviético y por ende, el dictador no iba a poner en juego el sostenimiento económico de su régimen, el apoyo logístico y el respaldo político que los soviéticos les proporcionaban por tener una colonia en el mismo patio trasero de los Estados Unidos y en el discurrir de la Guerra Fría entre ambas potencias mundiales.  Además, El Che no las tenía bien con la cúpula del Partido Comunista Cubano  ya que no toleraba su carácter y sus ímpetus. En consecuencia, al tirano cubano no les fue difícil ni engorroso tomar la decisión más conveniente: sacar de circulación a Ernesto Guevara.

La debacle de “El Che” frente a los Castro y los soviéticos, tuvo su inicio en la Conferencia Afroasiática celebrada en Argel capital de Argelia en 1965. En ella  Guevara dijo lo siguiente (cito): “Los soviéticos son cómplices de la explotación imperial mediante prácticas inmorales”. A partir de entonces, los Castros los marginaron  de todas las decisiones políticas y él al sentirlo así, se vio precisado a llevar su lucha hacia El Congo, Africa y alejarse de Cuba.

Ernesto Guevara regresó a Cuba de manera incógnita tras su derrota en El Congo y luego quiso partir para iniciar la guerrilla en su natal Argentina, pero Fidel Castro lo convenció de que fuera a Bolivia a derrocar -sin nadie pedírselo- al gobierno del Gral. René Barientos Ortuño quien había sido elegido con el 67% de los votos bolivianos.  Arribó al área en noviembre de 1966 con la creencia de que recibiría la ayuda logística, política y económica de Fidel Castro, algo que nunca sucedió. Como ya sabemos, las guerrillas usan nombres en claves y a Cuba se le designó como “Manila” (la capital de las Filipinas) y al Che  se le escuchaba decir a sus compañeros de armas, ante la ausencia de apoyo,  alimentos y dinero: “sin contactos de Manila”. En el lenguaje popular dominicano se podría decir que  “Fidel lo soltó en banda”.

Fidel Castro estaba muy consciente de que esa jornada guerrillera en Bolivia estaba de antemano perdida. Una vez enterada la CIA (Central Intelligence Agency) de los Estados Unidos de la presencia del Che en las montañas en la tierra de Túpac Katari, entrenó a unos 200 soldados rangers  para la búsqueda y captura del argentino. Esos soldados estuvieron bajo el mando del hoy Gral. (r) Gary Prado Salmón, el oficial que comandó el grupo de militares que hirieron y capturaron el 8 de octubre 1967 en el poblado de La Higuera, Depto. de Santa Cruz en Bolivia al conocido guerrillero.

A diferencia de la propaganda creada en La Habana para engrandecer el mito de Guevara y elevar su imagen, la autoridad para decir lo que realmente sucedió y cómo se dieron los hechos,  lo es el Gral. Gary Prado Salmón. (3) Dice del Che que: “lucía sucio, mal oliente, agotado y hambriento” y que, cuando fue herido y capturado expresó: “No me maten, soy El Che; valgo más vivo que muerto”. Es obvio que este sociópata y asesino desalmado, sintió frente a los fusiles bolivianos el mismo pavor y terror que él de manera cobarde les infligía a los cientos de cubanos que fusilaba por placer en la Fortaleza de Las Cabañas en La Habana, Cuba, lugar que tuve el triste placer de conocer. La orden que vino directamente de la CIA fue clara y precisa: eliminarlo. El Gral. (R) Grary Prado Salmón y el sargento (r)  Mario Terán Salazar Reque,  quien fue el que disparó las dos ráfagas contra la humanidad del Che, escribieron sus nombres en la historia de Bolivia.

En el epílogo de este modesto trabajo, considero y opino que los académicos y los que no lo son -como es mi caso-, deben ser sinceros en sus opiniones y, sobre todo, no ser mezquino a la hora de reconocer algo positivo de nuestros adversarios políticos e ideológicos.  En mi caso particular, reconozco que la única vez que Fidel Alejandro Castro Ruz ha hecho algo bueno, digno y positivo hacia la humanidad, fue hacer el camino expedito para que el asesino que siempre estuvo sediento de sangre inocente como lo fue  Ernesto Guevara Linch de la Serna “El Che”, tuviera el final que se merecía.  Por primera vez y aunque sé que descansa en lo más profundo del averno, te digo: !Gracias Fidel!

Datos de fuentes y referencias:

(1) https://almomento.net/opinion-fidel-castro-ruz-desmitificando-un-mito/

(2) //comandantehubermatos.blogspot.com/2014/09/los-castro-asesinaro-al-

comandante.html

(3) https://almomento.net/gary-prado-salmon-vs-la-venganza-del-indio-evo/237816/

(4)https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-41513971

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