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Danilo no tiene que pedir reelección
Por: MIGUEL DUVAL FERRER
La fuerza multiplicadora que la continuidad democrática 2016-2020 del gobierno de Danilo Medina ha tenido y sigue teniendo entre la aplastante mayoría de los electores dominicanos debería llamar a reflexión a aquellos que por uno u otro estrecho interés grupal se empeñan en desconocer la voluntad soberana del pueblo dominicano, repitiendo desgastados argumentos sobre los viejos formatos de “reelección” que para nada se aplican a la realidad histórica que vivimos ahora, cuando no es el Presidente que quiere seguir, sino el pueblo quien exige que se quede.
¿Por qué las grandes mayorías reclaman que se reforme la Constitución para que Danilo Medina sea reelecto 2016-2020? Hace alrededor de 2,000 años Jesucristo explicó la siguiente verdad universal: “Todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego. Así que por sus frutos los conoceréis.” (Mateo 7:19-20).
El árbol de Danilo ha dado buenos y jugosos frutos para los sectores populares; por ello se ha ganado el derecho a ser reelecto, y lo que hay que hacer es lo que la misma Constitución prevé para su reforma. Esta verdad es simple y no requiere de “análisis profundo.” Ningún otro gobierno anterior en el país ha dado en apenas dos años y medio los frutos que se le reconocen nacional e internacionalmente al gobierno de Danilo Medina, por lo que su reelección se hace un imperativo popular. Punto. Lo bueno se fomenta y promueve, no se entorpece.
Como señalamos hace tiempo, con Danilo no se trata de fomentar un nuevo caudillo, pues comprobadamente él no tiene los delirios de grandeza de otros personajes. Con Danilo se trata de aprovechar un sano liderazgo que nace del amor por su pueblo y de la confianza del pueblo hacia él, creando un positivo círculo virtuoso que no se había visto aquí y que podemos describir con las profundas palabras de José Ortega y Gasset: “Un hombre no es nunca eficaz por sus cualidades individuales, sino por la energía social que la masa ha depositado en él. Sus talentos personales fueron sólo el motivo, ocasión o pretexto para que se condensase en él ese dinamismo social.” (José Ortega y Gasset, “España Invertebrada”, pág. 95).
No hay dudas de que Danilo está repleto de esa energía social que la masa ha depositado en él tras décadas de probar que es un líder confiable, sincero y perseverante, a más de diestro estadista.
Como ejemplo confirmatorio de que el Presidente Medina está reencauzando por mucho mejores vías el liderazgo político del país vemos su descollante participación del 9 al 11 de abril en la VII Cumbre de Las Américas en Panamá con el tema “Prosperidad con Equidad: El Desafío de la Cooperación en Las Américas.”
Allí el Secretario General de la ONU Ban Ki-Moon le expresó personalmente: “Usted, Presidente Medina, es el líder de la educación global y nuestra organización—las Naciones Unidas—reconoce ese liderazgo y desea expresárselo con el mayor entusiasmo.” Este sano liderazgo educativo, que se une al liderazgo económico-social y financiero en el respaldo y promoción de las pequeñas y medianas empresas, debe llenar de orgullo a todo dominicano sensato.
Otra muestra: El Presidente Medina acaba de ser seleccionado por encuesta masiva y por tercer año consecutivo como personaje del año 2014 en el ámbito político. Esto no tiene precedentes y habla más claro que cualquier “teoría” respecto a quién es el líder político más preciado por el pueblo dominicano dentro y fuera del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
Estos dos hechos, uno en la ONU (Panamá) y otro en el país, reafirman que Danilo Medina no tiene que pedir su continuidad por otro período de gobierno: él ya se la ha ganado y se la merece.
Es muy notorio y revelador que el único argumento que esgrimen los opositores a la continuidad democrática del Presidente Medina es la circunstancial prohibición de la reelección, argumento que se torna vacuo e inefectivo cuando se sabe que la misma Constitución contiene todos los elementos para suprimir y superar tal prohibición. Ya que es el pueblo soberano quien lo pide, lo único que hace falta es la voluntad en algunos congresistas de poner los intereses del pueblo y el país en primer lugar, no sus desaforados intereses personales.
Recuérdese: La historia nos ha brindado la preciosa oportunidad de que la cabeza del país, el Presidente Medina, responda a lo que requiere el cuerpo de los intereses populares. No desperdiciemos tal oportunidad. Ahora mismo no todo es ni será color de rosa, pero es mucho mejor que en el pasado y será muchísimo mejor en el futuro próximo, si los dominicanos nos plantamos y no permitimos que nadie tronche el proceso que se inició el 16 de agosto del año 2012.
