Cuando la defensa se convierte en un problema mayor: caso Jet Set

imagen
El autor es abogado. Reside en Miami.

POR JULIO MARTINEZ

La tragedia del derrumbe del techo de la discoteca Jet Set continúa generando repercusiones en la opinión pública, ahora con un nuevo giro que ha sorprendido a analistas y expertos en comunicación de crisis. Recientemente, el periodista Julio Martínez Pozo, quien no tiene relación alguna conmigo, sugirió que se debería solicitar la intervención del Buró Federal de Investigaciones (FBI) de los Estados Unidos para investigar la posibilidad de que el colapso haya sido provocado intencionalmente por narcotraficantes mediante una explosión o dispositivo detonante.

«Entre las cosas que tenemos que descartar y que tiene que quedar fuera de toda duda en esta investigación es que no se presentara ningún otro elemento que haya producido la implosión», expresó Martínez Pozo en declaraciones públicas que han generado considerable controversia.

Esta declaración, que aparentemente buscaba desviar la atención de posibles negligencias estructurales, ha generado un efecto contrario al esperado. Al introducir la teoría de una posible vinculación con el narcotráfico, surgen interrogantes inevitables: ¿Por qué narcotraficantes tendrían como objetivo específico esta discoteca? ¿Qué conexión podría existir entre estos grupos delictivos y el establecimiento o sus propietarios?

Lo que resulta paradójico es que, al intentar exonerar de responsabilidad por negligencia estructural, esta línea de defensa abre una nueva dimensión de cuestionamientos sobre las actividades comerciales del empresario Antonio Espaillat, propietario de la discoteca y de varios medios de comunicación, incluyendo aquel donde trabaja el propio Martínez Pozo.

La inconsistencia lógica del argumento

El planteamiento presenta varias inconsistencias lógicas que merecen análisis:

  • La sugerencia de involucrar a una agencia extranjera como el FBI en un asunto de jurisdicción nacional refleja una comprensión cuestionable del proceso legal adecuado.
  • Si la hipótesis fuera que los medios de comunicación vinculados al señor Espaillat han publicado contenido que afecta a grupos del narcotráfico, resultaría más lógico que cualquier represalia se dirigiera contra los comunicadores responsables de dichas publicaciones, no contra un establecimiento de entretenimiento.
  • La insinuación de una explosión o detonación provocada por narcotraficantes carece de evidencia preliminar que la sustente y parece más bien una especulación destinada a desviar la atención de posibles fallas estructurales o negligencias en el mantenimiento.

Las implicaciones no deseadas

Lo más preocupante de este tipo de declaraciones es que, en el intento de construir una defensa, se están generando asociaciones públicas entre el empresario y sectores del crimen organizado que anteriormente no existían en el imaginario colectivo. Como señalan expertos en gestión de crisis, introducir elementos especulativos de esta naturaleza puede resultar contraproducente para la imagen pública de los involucrados.

La responsabilidad de la comunicación en crisis

Este caso pone de relieve la importancia de una comunicación estratégica y responsable durante situaciones de crisis. Los especialistas en relaciones públicas coinciden en que la transparencia y el enfoque en los hechos verificables suelen ser más efectivos que las teorías especulativas que pueden desviar la atención temporalmente, pero generar problemas mayores a largo plazo.

En momentos donde familias afectadas aún buscan respuestas y justicia, el discurso público debería centrarse en esclarecer las responsabilidades concretas relacionadas con el mantenimiento y seguridad de la estructura, aspectos que continúan siendo el centro de la investigación oficial.

El caso del Jet Set nos recuerda que, en situaciones de crisis, las estrategias comunicacionales deben ser cuidadosamente evaluadas. Como reza el dicho popular que se ajusta perfectamente a esta situación: «Compadre, no me ayude así». A veces, una defensa precipitada puede generar más problemas que aquellos que intenta resolver.

Las autoridades competentes continúan con las investigaciones para determinar las causas exactas del colapso, mientras la opinión pública espera explicaciones basadas en evidencias técnicas concretas más que en especulaciones que abren nuevos frentes de controversia.

Es importante aclarar que este análisis lo hago como observador externo de la situación, sin ninguna vinculación personal con Julio Martínez Pozo ni con Antonio Espaillat, sino como un profesional del derecho que observa las implicaciones legales y comunicacionales de estas declaraciones.

Asimismo, quiero enfatizar que no me hago eco ni me responsabilizo del discurso que sugiere una investigación relacionada con sectores oscuros del narcotráfico como señala Martínez Pozo. Mi análisis se limita a examinar las consecuencias potenciales de tales declaraciones desde una perspectiva jurídica y comunicacional.

jpm-am

Compártelo en tus redes:
ALMOMENTO.NET publica los artículos de opinión sin hacerles correcciones de redacción. Se reserva el derecho de rechazar los que estén mal redactados, con errores de sintaxis o faltas ortográficas.
0 0 votos
Article Rating
Suscribir
Notificar a
guest
450


4 Comments
Nuevos
Viejos Mas votados
Comentarios en linea
Ver todos los comentarios
Ludovino
Ludovino
13 dias hace

Aveces el silencio es la mejor defensa

frank de j
frank de j
13 dias hace

NO CABE DUDA QUE SE HIZO MUCHO DAÑO ,Y NO CABE DUDA EN LA POSIBILIDAD DE UNA MALDAD.

frank de j
frank de j
13 dias hace

¶¶TODO CABE EN LA DUDA Y EN LA POSIBLBILIDAD¶¶. Y RECORDEMOS QUE LOS ATENTADOS SE HACEN DONDE HAY MUCHA GENTE REUNIDA, Y EN ESTE CASO LAS HABIA DE TODOS LOS EXTRACTOS SOCIALES,ES DECIR QUE FUE UN DAÑO PARA TODOS: UN DAÑO AL PAÍS.___

MOCA,...EH!!!

___

Miguel Med
Miguel Med
12 dias hace
Responder a  frank de j

Las personas y representantes de empresas que an salido a denunciar todo lo relacionado al mal estado del techo y la sobre carga del mismo durante muchos años son factores clave del descuido que tenía el administrador de ese centro, por no dejar de producir, exponiendo le la vida de todos los que visitaban el centro de diversión.