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Este tema de la novela del laureado escritor colombiano, Gabriel García Márquez, en el que el autor va narrando eventos que él sabe que sucederán en el futuro, parece que se cumplirá con un acontecimiento importante para la democracia dominicana que se realizará a mediados del mes de octubre. Sin más preámbulo nos referimos a lo que será el sometimiento de ternas, evaluación y selección de los nuevos magistrados de la JCE y el TSE.
La falta de unidad y cohesión que actualmente se observa de parte de los partidos y dirigentes opositores participantes del proceso electoral pasado en el tema referido, como la ausencia de una campaña o plan de exigencias y reclamos capaz de crear una opinión favorable para que estos nuevos imcumbentes se escojan con criterio apolítico, sólo apunta que el partido gobernante impondrá su posición y tendremos a partir de la fecha establecida, caras diferentes pero no jueces independientes, única condición para que se celebren elecciones limpias y trasparente en el año 2020.
La inercia de una gran parte de dirigentes opositores en el tema de los árbitros electorales, contrasta con la actitud de defensa asumida por la mayoría de las instituciones de la sociedad civil en el sentido de que los mismos sean personas honorables, capaces, honrados, e independientes. Lo único que podría variar el resultado que se espera, sería un despertar de la oposición que no se vislumbra, con la capacidad de accionar sectores como los empresarios, profesionales, gremios, sindicatos, etc para crear un contrapeso que obligue al gobierno, partidos políticos y organizaciones de la sociedad a juntos buscar una salida razonable.
Los proyectos para el marco legal electoral y ley de partidos políticos que cursan en las cámaras, no pueden ser perdidos de vista por la oposición política y sociedad en general, debido a su importancia para el ordenamiento de los partidos y procesos electorales venideros. En este instante es condición sine qua non que en los días por venir la oposición a través de la lucha y la unidad, logre que se elijan personas de principios y dignidad, que no dejen dudas ni cuestionamientos en sus decisiones como sucedió con los jueces actuales en el proceso pasado.
La parsimonia de la oposición política dominicana en el tema de los jueces electorales, es una conducta o proceder a veces marcado por sectarismos que en muchos casos han impedido el aprovechamiento de coyunturas importantes para el fortalecimiento democrático e institucional del país.
La calma y poco interés antes de los eventos, con el posterior pataleo a la hora de los resultados, es un comportamiento que han ido acostumbrando a la sociedad y que parece ser parte de la idiosincrasia partidaria dominicana que no hace acopio del refrán, que «más vale prevenir que lamentar», lo que ha hecho que cada vez más personas pierdan el estímulo para incursionar en política.
jpm
