Crítica de cine: «Youth»
Sentía algo extraño viendo ‘Youth,’ y es que, a pesar de estar bellamente filmada, hay un sentido barroquista en cada encuadre que nos habla fuertemente sobre la metaforicidad de la vejez. La mayor parte del tiempo capturada con las andanzas existenciales de Fred Ballinger (Michael Caine) y de Mick Boyle (Harvey Keitel). O sea, la vida de estos personajes es la degradación de la carne humana hecha arte, pues ambos son artistas retirados cuyas caras se desayunan todos los días con botox. Están atrapados por las reminiscencias, los caprichos, el dolor, la culpa, la nostalgia de una juventud olvidada en el ayer.
Ese es uno de los mensajes que Paolo Sorrentino (el director que nos dio Le conseguenze dell’amore, il Divo y La grande bellezza) envía de una forma muy imperiosa. Porque usualmente le gusta exprimir este tipo de personajes; personajes con crisis existenciales.
Pero ahora la cosa no le queda tan bien. La ampulosidad se lo traga. Es presuntuosa en exceso, claro, con muy buenas actuaciones -especialmente de Rachel Weisz y Jane Fonda-, pero lamentablemente la crónica es tan vacía como el vacío de pathos que transmiten estos vetustos.
Duración: 2 hr. 08 min.
País: Italia
Director: Paolo Sorrentino
Guión: Paolo Sorrentino
Música: David Lang
Fotografía: Luca Bigazzi
Reparto: Michael Caine, Harvey Keitel, Rachel Weisz, Paul Dano, Jane Fonda
Calificación: 6/10