Crítica de cine: «Shazam!»

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Admito que fui a ver la película «Shazam!» con cierto escepticismo. Entré a la sala de cine pensando en que se trataba de otra de esas películas aburridas que a veces salen de la mente creativa de la gente de DC Films, de las que solo me ha gustado, por supuesto, la infravalorada «Man of Steel». Al ver que había muy poca gente me sentí aliviado. Pero la proyección tardaba en iniciarse y comencé a impacientarme. Tuve que aguantar los chirridos de una manada de niños acompañados de sus padres y los usuales treinta minutos de anuncios comerciales. Pensaba que todo eso que sucedía era una especie de premonición. Por suerte la cosa se calmó cuando comenzó la película. En un principio, casi no me emocionaba lo que veía. No obstante, al salir de allí, dos horas después, mi escepticismo había desaparecido y fue sustituido por una sonrisa de satisfacción. Me hizo sentir como un niño que abre regalos en una noche de navidad cualquiera. Es una buena película de superhéroes. Y supone el preámbulo de uno de los héroes más poderosos y divertidos del catálogo de DC. 
 
La película, que marca la primera aparición de Shazam en la gran pantalla desde la cinta serial de 1941 «Adventures of Captain Marvel» (período en el que era conocido como Captain Marvel), adquiere un vendaval de ligereza al no tomarse nada en serio. Cuando escucho la palabra mágica se vuelve entretenida, siempre encadenada de los artificios del género para satirizar, prácticamente, todos los componentes de los cómics de superhéroes. Y lo que veo es genial. La historia de Billy Batson es interesante y cobra mayor ímpetu con la presencia de Zachary Levi. En su núcleo encuentro un moderado comentario sobre la amistad, la honestidad y el valor de los lazos familiares. La trama tiene algunas sorpresas. Las secuencias de acción me emocionan cuando Billy pone a prueba sus superpoderes. Las referencias a otros superhéroes son sutiles. Los diálogos me producen mucha risa. Posee el vigor que tanto necesitaba el universo extendido de DC. 
 
En la película seguimos a un muchacho de 14 años que se llama Billy Batson (Asher Angel) y que se ha quedado huérfano desde que se separó de su madre, hecho que lo ha marcado profundamente. Vive en Filadelfia. Es un chico travieso, a veces malhumorado y rebelde, que hace las cosas a su manera. Lo único que le interesa es encontrar a su madre. Su actitud lo ha llevado a abandonar todas las casas de los padres que lo adoptan. Pronto es adoptado por Víctor (Cooper Andrews) y Rosa Vásquez (Marta Milans), donde tiene que compartir con sus nuevos hermanos adoptivos, Mary Bromfield (Grace Fulton), Pedro (Jovan Armand), Eugene Choi (Ian Chen), Darla (Faithe Herman) y Freddy Freeman (Jack Dylan Grazer). 
 
En un principio a Billy le cuesta adaptarse a problemas de la adolescencia como la vergüenza, el consentimiento de los demás y la convivencia familiar con sus nuevos hermanos, pero poco a poco lo supera cuando, por su corazón noble, es elegido por un anciano moribundo, Shazam (Djimon Hounsou), como su sucesor, otorgándole una serie de superpoderes que se activan diciendo la palabra “¡Shazam!” y que lo convierten en un hombre musculoso vestido de rojo y con capa blanca.
 
La magia de la película reside en la forma tan descabellada en que su narrativa emplea la fórmula superheroica cada vez que el protagonista grita la señal fantástica y expone sus poderes. Está consciente de sus artimañas genéricas y casi siempre deja entrever con una sencillez infantil que se trata de un mundo habitado por chavales que juegan a ser encapotados y que idolatran a otros tan populares como Batman o Superman. Nos pasea con Billy Batson por situaciones que pueden ser un tanto absurdas, pero que divierten un montón cuando lo ponen a pasar trabajo para modelar su identidad como Shazam, haciendo travesuras que solo haría un chico de esa edad en dicha circunstancia: causar destrozos, intentar comprar bebidas alcohólicas, prenderse fuego, dispararse con armas, entrar a lugares frecuentados por adultos, saltar por los edificios, desear volar por los cielos, formar exhibiciones públicas a cambio de dinero, subir el contenido a YouTube, en fin, vanagloriarse con sus habilidades recién adquiridas. 
 
Pero por otra parte, muestra las consecuencias de esos actos y hace que Billy se responsabilice por sus acciones como todo adolescente ordinario, enfrentándose al típico antagonista sin mucho desarrollo, Doctor Sivana, (Mark Strong) para comprender, junto a sus hermanos, que la unión hace la fuerza. El tono, no obstante, es el de una comedia de mayoría de edad que marcha para aligerar la acción de algunas de las secuencias y la seriedad que refleja la metáfora sobre el poder de la familia unida alejada de cualquier rastro de egoísmo.
 
Considerando la cantidad de películas que se estrenan cada año del género de encapuchados, esta película del director David F. Sandberg («Lights Out») supone un soplo de aire fresco al contar los orígenes de uno de los personajes más longevos de los cómics norteamericanos. Me ha entretenido mucho. Los efectos visuales son muy adecuados para su presupuesto. El ritmo es invariable. El humor, que me recuerda aquella comedia ochentera «Big», es constante y funciona en los momentos menos esperados. La química existente entre el carismático Billy Batson de Zachary Levi y la familia de huérfanos es muy agradable. Es una película de superhéroes disfrutable, sencilla, algo trivial, pero desviada de pretensiones y empapada de una gracia con la que he pasado un buen rato observando las ocurrencias de este peculiar superhéroe que, durante mucho tiempo, fue el verdadero Capitán Maravilla.
 
 
Ficha técnica
Año: 2019
Duración: 2 hr 12 min
País: Estados Unidos
Director: David F. Sandberg
Guion: Henry Gayden, C.C. Beck, Bill Parker 
Música: Benjamin Wallfisch
Fotografía: Maxime Alexandre
Reparto: Zachary Levi, Mark Strong, Jack Dylan Grazer
Calificación: 7/10
 
of-am
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