Cosas de San Cristóbal: Acerca del Monumento Ecuestre a Trujillo (2da parte)

En el año de 1944, fue celebrado en la ciudad de Santiago de los Caballeros el que se llamó Segundo Congreso de Municipios, en donde y en su final se dictó una Resolución por la cual todos los Ayuntamientos del país se comprometían a contribuir económicamente para la erección de un gran monumento en la ciudad de San Cristóbal consistente en una gigantesca estatua ecuestre del generalísimo Rafael Trujillo Molina.

Esta fue una propuesta originada en el Ayuntamiento de San Cristóbal y elevada a este Cónclave por su Síndico Municipal, el señor  Danilo Brugal Alfàu.

        El aporte de cada ayuntamiento consistiría en veamos: “Art. 1. Recomendar a todas las Corporaciones Municipales de la República el destinar un 2% del total de sus ingresos municipales no especializados correspondiente al ejercicio fiscal de cada año con el objeto de financiar la erección del Monumento etc…  “

        Más luego, el 28 de marzo de 1946 quedó constituido  en la Sala de sesiones del Ayuntamiento de San Cristóbal, el Comité pro Monumento a la Era de Trujillo. Éste, en su primera etapa, estuvo encabezado por el señor Lic. Mario Abreu Penzo, por ser el Gobernador Civil de la Provincia.

        Por años, los Ayuntamientos del país estuvieron apartando de sus presupuestos respectivos los fondos requeridos para la culminación de esta idea llamada “feliz” en su época.

        Pero se percibía en el ambiente local, y también en otros medios en todos esos años una frialdad e indiferencia con respecto a este caso que hacía contraste con el entusiasmo que inicialmente mostraron las autoridades e instituciones de nuestro pueblo en el momento de su aprobación, en la ciudad de Santiago, para 1944.

FONDOS

Monumento a los Constituyentes ubicado en el mismo lugar donde estuvo la estatua ecuestre de Trujillo en San Cristóbal.

 

Esto motivó que años más tarde, el 19 de abril de 1949, el señor Danilo Brugal Alfàu, ex Síndico municipal y vocero o promotor original de la iniciativa aprobada, enviara una carta de queja al señor Gobernador Civil de San Cristóbal, en ese entonces don Andrés Julio Espinal, también Presidente del Comité pro Monumento, donde en uno de sus párrafos, decía:

“En virtud de la Resoluciòn no.11 de fecha 28 de octubre de 1944 del 2do Congreso de Municipios, todas las Corporaciones Municipales del país están aportando desde el 1945 su contribución para engrosar los fondos necesarios para el financiamiento de tan justiciera obra y a juzgar por la cuantía de los ingresos municipales no especializados, el fondo depositado en la sucursal del Banco de Reservas de esa ciudad debe aproximadamente  estar en, o sobrepasar, los RD$100,000.00 (Cien Mil pesos). Sin embargo, a pesar de contar el Comité con tan cuantiosa suma, he visto con verdadera sorpresa, el visitar la ciudad de San Cristóbal, que los trabajos iniciales para la obra aún no han sido ejecutados…”

        Esta carta hecha pública, sirvió para que el Comité ordenara un arqueo o inspección de las cuentas de los valores destinados a la realización del Proyecto en la Tesorería del Ayuntamiento de San Cristóbal. Y al día 23 de abril de 1949 el Encargado de Negociado certificó que los fondos en reserva ascendían a la suma de RD$138,178.60.

        Pero, el hecho de disponer el Comité de “tan cuantiosa suma” como alegaba el señor Brugal Alfàu, no era lo suficiente como se comentó para dar inicio a la obra, en razón de que no todas las otras obras, de accesorio o de complementación, que también se incluían en el proyecto, estaban en servicio o en proceso de construcción.

 

        Verdad es que la Avenida Monumental 17 de Julio con sus plazas dedicadas a los progenitores del Gobernante estaban finalizadas; así como también el Edificio del Partido Dominicano; el Casino Hotel San Cristóbal; el Liceo Artístico Pablo Claudio y una red de amplias calles que partían de la citada avenida, más no así la nueva carretera o autopista hacia la capital, obra fundamental para el aprecio en toda su magnitud del complejo escultórico, más dos o tres edificios que ahora no recuerdo a cuales instituciones del Estado correspondían en el anteproyecto original.

DESINTERES

        Amable lector: al llegar a este punto me encuentro en la obligada situación de manifestarle que a partir de aquí existe en mis investigaciones un largo vacío de datos e informaciones con respecto a lo que nos ocupa, que sólo puedo achacar a lo expuesto anteriormente en la primera parte o sea la falta de interés o deseos del Gobernante en la concreción o materialización de este proyecto y que era trasladada, quizás sin querer, a los encargados del Comité pro Erección.

        Bien haya podido ocurrir, que la idea de celebración de los 5 lustros de gobierno con la futura edificación de la llamada Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre, para el año 1955, pudo lograr disminuir o posponer, digamos así, el interés de  los  responsables en continuar con el proyecto al cual nos referimos.

 

Hasta pronto. Nos encontraremos en la próxima entrega.

jpm

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