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Control de ruidos en los ayuntamientos
Por JESUS BATISTA
Que bueno saber que el gobierno dominicano entendió la importancia de brindarle paz y salud mental al pueblo, con la determinación de ponerle un alto y enfrentar la contaminación sónica, a través del Sistema Nacional de Emergencia 911.
Permanentemente tenemos ciudadanos que actúan como enajenados mentales, argumentando que están en sus casas, que la radio es de ellos, y que no se lo deben a nadie, llevando intranquilidad a muchos hogares dominicanos y violando los niveles de sonidos legalmente establecidos, sin control de nadie.
Justo es reconocer, que en el desarrollo de este artículo, tomaré como base el “Proyecto de Normativa Control de Ruidos Cargas Fijas”, proyecto del Regidor Dr. Julián Roa, con quien tuve el honor de trabajar en mi calidad de Presidente de la Comisión de Medio Ambiente del A.D.N. El objetivo primordial de dicha propuesta fué dotar al Ayuntamiento del Distrito Nacional de un mecanismo técnico legal, que le diera la potestad de controlar el nivel de ruidos producidos por emisiones de cargas fijas. En esta oportunidad trataré de enfocarlo a nivel nacional.
En el estudio realizado por técnicos japoneses y del Ayuntamiento del Distrito Nacional, la medición en las fuentes de emisión de ruidos, en las tres circunscripciones del Distrito Nacional, están por encima de lo máximo permitido. Santo Domingo está sometida a una contaminación sónica mayor al 30% de la permitida y en muchos casos, más del doble de los niveles de ruidos permitidos. El promedio de ruido por zona es: Circunscripción no.1: 86.9 Db(A), Circunscripción no. 2: 88.1 Db(A) y Circunscripción no. 3: 88.5 Db(A).
Los ayuntamientos de las principales ciudades de República Dominicana, deben tener departamentos de control de ruido, con el apoyo del Gobierno Central, compuestos por técnicos especialista en el área, que realicen levantamiento de las diferentes zonas, con el objetivo de realizar una especie de mapa estratégico de control del ruido. De esta manera darían respuestas a los munícipes, demostrándoles que los ayuntamientos sí están en capacidad de llevar paz, tranquilidad y salud, controlando la contaminación sónica desbordada.
La ley 176-07. artículo 18, parrafo lV, establece que los ayuntamientos podrán solicitar la delegación de determinadas competencias al Gobierno Central, respondiendo a la demanda de la población y a partir de la demostración de que pueden hacer un ejercicio de las mismas más eficiente, eficaz, transparente y participativa. Los ayuntamientos están facultados por la ley para satisfacer las necesidades de sus comunidades, por ello, entendemos que está dentro de sus competencias implementar un programa como este.
El personal encargado de dar seguimiento a este programa, debe estar dotado de sonómetros, que son los instrumentos utilizados para la medición de la presión acústica expresada en decibeles (dB). Es de vital importancia integrar las instituciones oficiales, autónomas y gobiernos locales en la planificación, gestión, manejo, administración y reglamentación para la preservación y protección del medio ambiente, ahora dispersos en varias instituciones, lo cual dificulta la aplicación de una política integral por parte del Estado.
Los valores producidos, fruto de las recaudaciones por las multas administrativas que pudieren producir la aplicación de esta normativa, serán distribuidos entre los ayuntamientos y el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, a fin de que los mismos sean utilizados en la ampliación de este programa de prevención y control de ruidos. Los inspectores actuante en la aplicación de esta norma, serán juramentados y dotados de fe pública por el Alcalde de la ciudad, el Ministro del Medio Ambiente y el Procurador General de la República.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), considera el ruido como uno de los mayores contaminantes de la sociedad. Los efectos del ruido sobre la salud son síntomas como: dolores de cabeza, estrés, irritabilidad, hipertensión, insomnio, taquicardia, sordera, efectos sobre el sistema cardiovascular, glándulas endocrinas, el aparato digestivo. Por otro lado, no solo existen efectos del ruido sobre la salud, sino sobre la naturaleza. Para crear conciencia, la OMS declaró el 27 de abril como el “Día Mundial Contra el Ruido”.
Los estándares internacionales establecen que, los niveles permisibles de ruido ambiental en el área residencial deben ser de 50 decibeles al día y 50 por la noche; en el comercio y la industria los niveles deben ser de 70 en el día y 55 en la noche. La contaminación auditiva producido, entre otros factores, por el creciente flujo de vehículos en las calles; la proliferación de radios y televisores con altos volúmenes en lugares públicos, como cafés, restaurantes y los insoportables colmadones en lugares residenciales. Es urgente ponerle un stop.
En la concienciación a los ciudadanos y la colaboración de instituciones públicas y privadas, es donde debe estar enfocado este Programa de Control del Ruido, llevando cursos, talleres, seminarios a las diferentes escuelas, universidades, instituciones públicas y privadas. De esta manera se crearía la cultura del respeto a los demás, a través de controlar la contaminación sónica producida por bocinas de radios, vehículos, plantas eléctricas, motores, talleres, construciones de todo tipo y demás fuente de contaminación.
Excelente la iniciativa del Ayuntamiento del Distrito Nacional, al poner en funcionamiento el “Circuito Bici Por tu ciudad”, en una sabia decisión del Alcalde Roberto Salcedo. Ojalá, la comunidad asuma la bicicleta como un eficiente y económico medio de transporte público urbano, para de esta manera contribuir con la reducción del ruido, el medio ambiente, la salud física y mental, y porque no decirlo, también ayudaría en la economía de las personas. Por tales razones, entendemos que esta iniciativa debe ser aplaudida por todos.