¿Condenados a vivir endeudados ?
Los políticos no se animan a vivir austeramente y vuelven a emitir deuda para seguir gastando.En Quisqueya nos encaminamos a lanzar una futura ley que deberá llamarse la del pago soberano, que impondrá pagar sólo donde se nos dé la gana y programar pagos según nuestras prioridades.
Eso se ve venir.
Otra opción es legislar para determinar tope del endeudamiento con fuertes sanciones de no cumplirse.Financiar el gasto corriente e inversiones en obras públicas y al mismo tiempo mantener la inviable dotación aproximada de 1.5 millones de empleados públicos y en nominillas ocupados en tareas de relumbrón.
R.D. vuelve a las andadas: Vivir por encima de sus posibilidades, tirar manteca al techo y repudiar la disciplina financiera. Cíclicamente abandonamos la sobriedad y moderación y optamos por el reparto de la piñata.
Para los demagogos, cualquier proyecto de obra pública es una ocasión para enriquecerse y conseguir apoyo popular, como lo hemos comprobado en los intentos de reforma constitucional para asegurarse la reelección ilimitada.
Si esta prodigalidad se multiplicara en miles de proyectos cortoplacistas, innecesarios e intrascendentes, el resultado no es otro que el despilfarro.
Tomar deuda pública para no emitir papel moneda o evitar el aumento de impuestos, es una decisión que se paga con la caída del nivel de vida en pocos años.
los peledeístas.
¿Cómo podemos controlar endeudamientos?
Las 8 reglas.1º Los proyectos de obra pública, de cualquier importancia, requerirán la intervención de consultores locales o extranjeros, independientes, para la evaluación financiera y social del proyecto. Ninguna repartición oficial debiera supervisarse a sí misma, prescindiendo de la intervención de auditores o consultores independientes.2º El valor actual del flujo de beneficios esperados menos el flujo de costos tiene que ser positivo, incluyendo los intereses del préstamo.
3º La tasa de interés del bono debe ser inferior a la tasa interna de retorno del proyecto, para que la inversión en obra rinda más que el costo financiero del endeudamiento. La economía deviene salvaje si la ganancia financiera es superior a los beneficios reales de las obras públicas.
5º El momento óptimo para iniciar el proyecto es aquél en que los beneficios netos del primer año de funcionamiento sean iguales al coste del capital comprometido. La pérdida de oportunidades para ejecutar obras públicas básicas y esenciales repercute en daños sociales.6º El tamaño óptimo de la obra pública resulta cuando el valor actual de los beneficios netos brindados es igual a cero? es decir que no es necesaria una obra más pequeña ni conveniente hacerla más grande.
Sin prioridades para decidir el gasto en obras públicas, la gestión del gobierno es frívola y fatua.8º Cualquier inobservancia de estas reglas por los contratistas, el consultor independiente y los legisladores o funcionarios que intervengan en la obra, será considerada asociación ilícita o intento de corrupción.