Colapso político

El transfuguismo es una expresión política que  se da en la República Dominicana plagada de corrupción e irresponsabilidad. De hecho, lo que hay aquí es una versión muy localista del oportunismo, la búsqueda de dinero, el arribismo y el tomar la política como un simple negocio, donde se compran conciencia y se venden los votos.

Para llegar a la etapa de ser un tránsfuga, se necesita vivir realidades  de seguimiento partidista y deseos personales de seguir en el poder (aún y sea como regidor de ayuntamiento de campo),  y se   da cuando se produce  un salto  de un partido a otro, en la búsqueda de un cargo, una postulación electoral o un puñado de pesos.

De ser militante de un partido de izquierda, a tomar un cargo de funcionario en un gobierno de derecho, esa  es una muestra de transfuguismo que ahora no se da. Estamos viviendo los albores de los que simplemente van a la política para mojarse en un botín de corrupción, para llenar sus bolsillos de pesos.

En los gobiernos del doctor Balaguer si se dio un transfuguismo político que merece ser desentrañado. Había una lucha con marcos ideológicos y muchos pasaron de las izquierdas, inclusive de las que pregonaban la violencia, a ser asalariados  de la administración reformista. Pasó también con perredeísta, en momentos en que ese partido era la punta de lanza contra las acciones del período de los doce años del doctor Balaguer.

Ahora no. La lucha ideológica pasó. De las izquierdas queda un recuerdo lejano. Hoy todos los partidos que sacan la cabeza en el panorama nacional tienen las mismas metas, los mismos objetivos y sin diferencias escenifican la misma carga ideológica: son representantes del sistema.

De ahí que es tan fácil a un militante político pasar del PLD al Partido Revolucionario Mayoritario, o del PRD al PLD. Donde no hay diferencias básicas, solo se trata de saltar una tenue línea divisoria.

El problema de la actividad política dominicana no es de individualidades, de precandidatos que se van o entran en negociaciones para tratar de conseguir la postulación a una sindicatura, senaduría o diputación. La gravedad del tema es que colapsaron los partidos políticos dominicanos.

La sepultura del sistema de partidos políticos dominicanos sufre un retraso. Tenía obligatoriamente que llegar en el momento en que desaparecieron del escenario nacional Juan Bosch, José Francisco Peña Gómez y Joaquín Balaguer. Se ha eternizado el mantenimiento de una etapa que es anacrónica, cuando se necesita una renovación. Sin cambios se podría originar que a futuro cercano se desmoronen los partidos vigentes.

Como no se puede levantar un estamento basado en una ideología que no existe ni está  a mano, lo que se plantea  es  que los partidos del futuro levanten la honestidad, el sacrificio, el amor a la Patria, el respeto a la Constitución y la lucha por los más humildes. Si se cumple este anhelo, se dará un paso fundamental en la democratización del país, sino a los partidos políticos les espera el colapso y el olvido.

 

Compártelo en tus redes:
ALMOMENTO.NET publica los artículos de opinión sin hacerles correcciones de redacción. Se reserva el derecho de rechazar los que estén mal redactados, con errores de sintaxis o faltas ortográficas.
0 0 votos
Article Rating
Suscribir
Notificar a
guest
0 Comments
Comentarios en linea
Ver todos los comentarios