Carta abierta a Leonel Fenández

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EL AUTOR es un escritor dominicano residente en Nueva York.

Señor Leonel  Fenández: hace poco su esposa Margarita Cedeño dijo públicamente que las opciones  que usted y Danilo Medina representan  en el PLD es “perder perder”, mientras que la tercera opción representada por ella misma es “ganar ganar”. Yo estoy completamente de acuerdo con ella, por la misma razón por la que la mayoría del pueblo dominicano la considera nejor candadata que Usted y  Danilo Medina, según las últimas encuestas independientes.

Lo que yo no entiendo, señor Leonel, es su afán por ser presidente otra vez, aunque este afán vaya en contra de la unidad del propio PLD del que Usted es president; y aunque este afán vaya en contra de las legítimas aspiraciones de su esposa, la cual ha logrado su propio espacio politico y se ha granjeado el cariño del pueblo sin entrar en rebatiñas ni descalificaciones de sus propios compañeros de partido, como lo hace Usted ahora.

Sinceramentre, yo creo que su defensa a rajatablas de la Constitución no está basada en un deseo sincere de protegerla, sino en un enorme ego que no ceja ante nada. Todos los artilujios jurídicos y  politicos que usted despliega actualmente no tienen otro objetivo que impedirle a su viejo camarada Danilo ser president de Nuevo. Y por consiguiente, impedirle a Margarita lograr la nominación que ella merece más  que Usted, porque garantiza la unidad y el triunfo del mismo PLD del que Usted es president desde hace veinte años.

Si Usted está verdaderamente interesado en salvarguardar la unidad del PLD y garantizar el triunfo en el 2020, desista de sus aspiraciones y apoye a su esposa y vicepresidenta; y Usted verá cómo el otro bando se va a ver forzado a apoyarla también, al no contar con argumentos para descalificarla.

Por el camino que van las cosas, lo único que Usted cosechará es enemistad y derrota, al no tener la madurez emocional suficiente para desprenderse se su afán obsesivo por volver a mandar, luego de 12 buenos años de gobierno.

Este es un momento histórico en que su legado puede hundirse de porrazo o puede quedar como ejemplo para las futuras generaciones. Tenga sentido común, oiga la voz del pueblo que aclama a su esposa, nuestra Evita, sin que ella haya tenido que lanzarse a las calles a hacerse campaña propia, como lo hace Usted desde hace más de 20 años.

Por Dios Leonel, ya está Bueno de subterfugios y egocentrismo. De lejos se le notana sus verdaderas intenciones. Cásese con la Gloria, de la misma forma que Usted decidió casarse con Margarita, nuestra Juana de Arco, nuestra querida vicepresidenta.

Que Dios ilumine sus pasos.

JUAN TORRES

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