Brasil debate su papel en misiones de paz en el cierre de su acción en Haití

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Por Lucas de Vitta

Río de Janeiro, 31 may (EFE).- Las Fuerzas Armadas de Brasil enviarán este jueves su último contingente para la Misión de Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (Minustah), en medio del debate sobre cuál debe ser a partir de ahora el papel del país en las misiones de paz, según señalaron hoy a Efe especialistas.

El último batallón estará integrado por 950 soldados, por lo que Brasil habrá enviado 37.000 militares a la Minustah a lo largo de los 13 años de misión, según datos del Ministerio de Defensa.

La investigadora del Instituto Igarapé y especialista en relaciones internacionales, Adriana Erthal Abdenur, consideró que la Minustah ha sido la misión más importante de los últimos 70 años de la historia de Brasil en operaciones de la ONU.

«Fue la de mayor duración, la que empleó mayor número de brasileños y la que presentó mayores desafíos logísticos y operacionales», afirmó Erthal Abdenur a Efe.

Por su parte, para Marcelo Valença, profesor del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad del Estado de Río de Janeiro, el saldo positivo de la acción brasileña «fue un ejercicio de credibilidad y autoridad en el escenario internacional».

A pesar del consenso, la Minustah también ha sido objeto de críticas debido a la alta inversión realizada por el Gobierno brasileño, así como por el número de soldados muertos en Haití.

Según el Ministerio de Defensa, Brasil invirtió 2.550 millones de reales (780 millones de dólares) en la Minustah, pero la ONU, por el momento, solo ha reembolsado al país 931 millones de reales (290 millones de dólares).

En cuanto a las pérdidas humanas, 25 militares murieron durante la misión, 18 de los cuales lo hicieron en el devastador terremoto del año 2010, y además, dos comandantes fallecieron en el ejercicio de su cargo.

Otro punto criticado de la misión en Haití fueron las 111 denuncias de abuso sexual hechas a la ONU entre 2007 y 2017, ninguna de ellas contra soldados brasileños.

Con el retorno de las tropas brasileñas previstas para octubre de este año, fecha determinada por el Consejo de Seguridad de la ONU para el fin de la Minustah, el Gobierno del presidente Michel Temer ha mostrado su intención de mantener el compromiso del país con la paz y la seguridad internacional.

Sin embargo, Temer tendrá que enfrentar problemas internos antes de embarcar en una nueva misión de paz relacionados con la actual crisis político-económica y la proximidad de elecciones generales previstas para 2018, así como analizar los aspectos geopolíticos de las otras misiones que están en marcha.

Actualmente, Brasil actúa en nueve misiones de paz: Haití, Líbano, Chipre, Costa de Marfil, Liberia, República Centro-Africana, Sahara Occidental, Sudán y Sudán del Sur.

En opinión de Erthal Abdenur, el destino natural para las tropas brasileñas sería reforzar la misión en Líbano, pero eso requeriría que otros países la dejaran, por lo que, después de Líbano, «la mejor opción sería una misión en África, donde hay una fuerte demanda para una mayor participación».

Sin embargo, Kai Michael Kenkel, profesor del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad Pontificia de Río de Janeiro, apuntó dudas sobre la «exportación» del modelo de la Minustah en África porque «el método brasileño en operaciones de paz es altamente eficaz en situaciones que son parecidas cultural y socio-económicamente a Brasil».

«En situaciones diferentes como en sociedades predominantemente musulmanas y con diferencias lingüísticas fuertes, habrá que ver si tendrá el mismo éxito», explicó a Efe.

No obstante, Erthal Abdenur, considera que «no hay dudas sobre que Brasil continuará buscando oportunidades para comprometerse» con otras misiones. EFE

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