Aventureros inescrupulosos

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El autor es abogado. Reside en Santo Domingo

Aventureros inescrupulosos son los que cometen los peores crímenes para alcanzar sus objetivos.

Es así que en 1909, el ambicioso teniente coronel A. Hofrichter envió pastillas de cianuro a todos sus superiores del Estado Mayor; acompañaba él envió con una nota explicativa donde recomendaba esas píldoras como un medio de aumentar la virilidad; y esperaba que la muerte de sus superiores le valdría un adelanto (ascenso) de la carrera.

Para aumentar su fortuna, se ha asesinado a individuos (por lo demás socialmente irreprochables); suprimieron a las personas cuya muerte iba a traerles una herencia o una gran suma de seguros.

En Pomerania, región histórico-geográfica de la antigua Prusia situada en el norte de Polonia y Alemania, en el litoral del mar Báltico, en los años que siguieron prontamente 1924, el número de incendios acrecentó bruscamente, porque ricos campesinos hacían quemar generalmente por un ayudante que pagaban para hacerlo sus viejas granjas poco modernas y poco prácticas.

Al solo fin de mejorar su explotación y de reconstruir con el dinero del seguro una vasta granja moderna; esta empresa criminal era dirigida por el propietario de un aserradero que suministraba la madera para la construcción y aumentó así sus beneficios de manera enorme.

El ambicioso Alcalde de la ciudad de Siweb Lehn, en Sajonia, hizo estallar con la ayuda de los bomberos, entre 1896 y 1906, 43 incendios, a fin de embellecer su ciudad; esos incendios destruyeron 65 casas y permiten construir tantas casas nuevas.

Aquellos asesinos cuyos actos no son imputables a una agresividad crónica y no se presentan ni como crímenes ocasionales salidos de una situación crítica ni como las reacciones primitivas y que (aun si ellos han cometido varias veces robos seguidos de homicidios o asesinatos con miras de cobrar un seguro) no deben ser ordenados, siendo dada su manera de vivir por otro lado social, entre los criminales profesionales.

A veces un “deseo de matar” teñido de erotismo parece jugar un rol, sin que se trate por tanto de un crimen sádico caracterizado. A ese tipo pertenecen por ejemplo Denke, quien asesinó 39 personas, compañeros de aprendizaje y mujeres, y bebía su carne como carne, pero al mismo tiempo continuaba cumpliendo con su oficio de organizador y portador de elección para la iglesia, y era dueño de un edificio;  Asimismo, la estadounidense Belle Guinness que, dueña de una finca bien situada, atraía a hombres allí a través de anuncios magistrales con el pretexto de mostrarles los alrededores; los visitantes nunca regresaron.

Cuando se incendió la propiedad de esta mujer, que pasaba por una persona piadosa y benéfica, encontraron, además de su propio cadáver y los de sus hijos, diez cadáveres de hombres enterrados en el jardín.

En otros asesinos, por ejemplo en envenenadores, uno puede estar en presencia de una sobrecompensación de sentimientos de inferioridad, en el sentido de que satisfacen por la conciencia que tienen de su poder secreto sobre la vida y los muertos su «instinto de poder». «(caso descrito por Feuerbach de Anna-Mar. Zwanziger).

Los cazadores furtivos, que son más numerosos en la región de los Alpes, no constituyen un tipo criminal unido.

A veces se encuentra entre ellos criminales profesionales refractarios al trabajo; los otros son pequeños operadores, hijos de campesino y los sirvientes que están en oposición hereditaria al dueño de la caza y los cazadores fijados por él y la caza furtiva, impulsados por la pasión de la caza y el amor a la ganancia, sin rehuir la agresión cuando se encuentran en manos del personal forestal.

Otras veces son porteros o rastreadores, mojados, que viven en el campo, que consumen el juego ellos mismos, con sus familias a menudo numerosas, o proporcionan un hotel. No son refractarios al trabajo, pero llevan una doble vida y practican la caza furtiva como una especie de oficio secundario.

jpm-am

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