Alianza programática: ¿qué partido la asume?
No solamente el término fue de difícil pronunciación en el registro histórico-político de nuestro colapsado sistema de partidos políticos (1961-1912) sino que, a excepción de la inflexión histórica Bosch-1962, no ha tenido ningún partido político, mas allá del enunciado programático-electoral coyuntural, que lo asuma, en el ejercicio del poder, con sus prerrequisitos doctrinarios-filosóficos-institucionales y su manual de aplicación centrado en dos componentes irrenunciables: Programa de Gobierno y Ética Pública. En contraposición -y en aberrada práctica histórica-política- se impus repartición del organigrama estatal en una suerte de botín-feudo del tamaño de la “alianza electoral” de que se tratara; y de algo peor, de la supeditación permanencia del Bloque, Coalición o Frente en el poder (Bloque de la Dignidad, Acuerdo tal…, Bloque Progresista, etc.). Y por supuesto, su correlato-flagel clientelismo, corrupción pública/privada, conservadurismo, caudillismo y monopolio jerárquico de la democracia intrapartido (a través del dedazo) y, por vía de consecuencia, de las posiciones-candidaturas electivas. Por ese “arraigo” histórico-político, ya cultura-aberración entronizada en nuestro sistema de partidos políticos, resulta harto difícil -no imposible- articular y armar una estrategia-corriente política-ideológica que, hacia el interior de esos “aparatos”, propugne y presione por alianza programática en su semántica clásica o, en simple aproximación laxa. Allí, en esos “aparatos”, a lo sumo, hay dos modus operandi para tener “éxito” o ser ignorad 1) te hace satélite-lambón de una jerarquía, caudillo o sumo sacerdote; y 2) asume el camino del lepros te hace irreverente-contestatario, en minoría absoluta indomesticable, por pensar y decir lo que nadie quiere oír. Sin embargo e independientemente de lo obsoleto del término-concepto (para no pocos): alianza programática, vale la pena insistir en ello de cara al 2016, pero además como un salto o vía escape a tantas aberraciones políticas-ideológicas, exitosas electoralmente, pero desprovistas de lo ético-doctrinario. En síntesis, hay que dejar atrás estas miserias si es que no queremos que, como sistema de partidos políticos o clase política, la sociedad en pleno y al unísono, haga como hizo en Venezuela con COPEI y ADECO y que se extrapoló a Ecuador y Bolivia. De lo que se trata ahora -o de lo que se debería tratar- es precisamente de avanzar hacia un sistema de partidos políticos que propugne por lo que Giovanni Sartori ha llamado “democracia refrendaría”, por cortar de cuajo la “acumulación rápida-espontánea” de los actores políticos (jerarquías y sus claques de lambones), aprobación de un marco jurídico-político adecuado y moderno que regule y fiscalice la democracia y las finanzas de los partidos políticos (el proyecto de Ley de Partidos Políticos que duerme eternamente en el Congreso podría significar un inicio –no una panacea- al respecto); y finalmente, la vuelta al estudio y al debate filosófico-doctrinario hacia el interior de la vida organiza-institucional de los partidos políticos, pero no desde anuncios publicitarios ni a través de turismo político, sino, desde y a partir de la autocrítica (en el caso del PLD en el poder: de la relación-significación partido-gobiern ¡chichigua en banda! desde hace rato), del imperio de la democracia y, sobre todo, del apego a la ética. Lógicamente, esto implica una ruptura-postura política hacia el interior de los partidos políticos de rechazo y de confrontación con malas prácticas partidarias (tráfico de influencia, amiguismo, favoritismo; y la mas aberrante: nepotismo) y “chicanas” (tecnicismos-subterfugios y compra-venta de votos) que ya son “cultura” y regla en los partidos políticos tradicionales (en nuestro cas PRD y sus pedazos, PRSC y PLD) y que hay que conjurar para hacer posible una genuina cultura política-doctrinaria basada en valores democráticos y, de paso, desterrar el monopolio jerárquico -que solo se rompe con “democracia refrendaría”, es decir, a través del voto directo-individual-universal de ¡todos!- y la cultura –herencia del caudillismo-autoritarismo- del dedazo. Finalmente, pregunt en el PLD -mi partido-: ¿quiénes se atreven a sustentar y a propiciar, junto conmigo, esta ruptura-corriente, o como diaria un caro amigo-compañero, este lío “organizao”?

Trump elige a Susie Wiles como jefa del gabinete en Casa Blanca
Abinader entrega muelles en Río San Juan y Cabrera para la pesca
Primer Ministro Haití seguirá en Puerto Rico, su futuro es incierto
Publican fotos de Trump con mujeres en mansión de Epstein
Niña haitiana presenta obra en Feria del Libro Puerto Príncipe
18 países dispuestos a reforzar seguridad de Haití, dice la OEA
Dominicana entre los 10 países más endeudados de América
La gasolina, el diésel y el GLP mantendrán actuales precios
Venezuela: EU pretende hacer una guerra en Latinoamérica
La RD logra primera resolución sobre el sargazo en la ONU
México y EEUU firman acuerdo para fortalecer gestión del agua
Mueren 43 policías en 11 meses en lucha antipandillas en Haití
Habrá festival internacional de jazz en Puerto Príncipe, Haití













