Algunas propuestas para Monte Plata

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La autora es abogada y aspirante a diputada. Reside en Monte Plata

Alguna vez fueron tierras fértiles, abonadas por el digno y honrado trabajo del hombre. Fines de semana festivos, fiestas patronales que eran la auténtica expresión de su gente, sus costumbres y sus tradiciones. Según puede recordarse, eran tiempos dulces, no porque entonces era grande la casi prodigiosa producción de caña de azúcar, la agricultura con sus rubros distintos sembrados y cosechados por manos laboriosas, sino porque había fuentes de ingresos que dinamizaban el comercio local.

Eso fue antes de que manos inhábiles para determinadas labores sembraran allí el infortunio y la desgracia, dos tragedias desde donde se le mire. Fueron, son mis tierras, las que me vieron nacer y crecer, donde están mis raíces familiares y a la que me unen vínculos irreemplazables porque, como son parte de mí misma, están en lo que he sido y soy, una ciudadana humilde dispuesta a servir desde siempre.

Hablo de mi provincia, Monte Plata, la que me propongo representar ocupando una curul en la Cámara de Diputados a partir de agosto próximo. Al margen de mi profesión y de todo aquello que he hecho para superarme, desde hace años veo con preocupación a mis compueblanos.

Desde el desempleo hasta los medios y modos de producción, la falta de insumos agrícolas que se traduce en debilitadas cosechas y se refleja, también, en la vida y el desarrollo de miles de familias que aquí viven y desarrollan todas sus actividades.

Estoy totalmente consciente de esta realidad y de las necesidades de la población. La creación de una zona franca, levantamiento de edificaciones deportivas y centros de enseñanza técnicos y tradicionales. Estímulos para una juventud que hace años está necesitándolos con extrema urgencia.

Centros de salud debidamente equipados con tecnología de punta, profesionales preparados y bien pagados por el Estado. Campos deportivos, bibliotecas equipadas. Comedores económicos que serán de gran ayuda para toda la población. Guarderias infantiles para que las madres, sin que importe condición social, puedan trabajar en la zona franca o en cualquier otro lugar, consciente de que sus hijos están bien resguardados en lugar seguro.

Lograr que el superior gobierno, mediante el Instituto Nacional de la Vivienda (Invi), Bienes Nacionales o el Instituto Nacional de Auxilios y Viviendas (Savica) construya proyectos de construcciones populares de bajo costo, como se ha hecho en casi todas las provincias del país.

Creados los centros policlínicos y equipados los hospitales, no es justo que la provincia no cuente con una funeraria a disposición de los más pobres. También es injtso que lugares como Sabana Grande de Boyá no cuenten con una sala de cine ni con sucursales bancarias. Se trata de dar carácter a las necesidades que demandan los pueblos y su gente.

Estas son, en ligeros pincelazos, algunas de las propuestas que me dispongo estimular desde el Congreso Nacional porque desgraciadamente la provincia de Monte Plata, a pesar de su juventud y su hidalguía, no ha tenido realmente verdaderos representantes en los hemiciclos del Estado.

No cuestiono la moral de nadie, pero sí puedo afirmar que ha sido una provincia sin dolientes ni verdaderos representantes. ¿Cómo es posible que en toda la república Monte Plata sea la única provincia que no tiene ni una estación de radio? Hubo alguna vez, hace ya muchos años, y esta es una de las razones por las que urge estimular y garantizar la inversión más allá de la ganadería y la debilitada producción de café, cacao y víveres, entre otros rublos.

Es necesario motivar, con reales iniciativas y acciones, al laborioso campesino en función de las riquezas que tienen nuestras tierras y dotarlos de facilidades para que el Banco Agrícola y el propio Ministerio de Agricultura, así como la propia banca privada, pongan a su alcance créditos a bajos intereses y con menor burocracia.

Solo mediante la aplicación de políticas adecuadas Monte Plata volverá a retomar el esplendor que antes tuvo y nuestros jóvenes podrán recuperar sus aspiraciones de prepararse para alcanzar una mejor vida para ellos y sus familiares.

Pongo, desde ahora, ante mis compueblanos, la mano en el corazón comprometiéndome a trabajar por ese necesario desarrollo y jurando ser fiel en cada una de mis propuestas, y así poder expresar la satisfacción del deber cumplido, con mi palabra y con todo Monte Plata.

JPM

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