Afros, negritud y estereotipo racial en RD
El pelo crespo es denominado peyorativamente “pelo malo” o “mota” por el dominicano común, como parte de los nefastos estereotipos que hemos construido en torno a nuestra etnicidad. Pero muchas mujeres, en un aire libertario y contra-canon, exhiben su cabellera encarrujada desafiando los patrones estéticos instaurados en torno a la preferencia del pelo liso acicalado como molde estético femenino.
No existe un pelo malo y otro bueno. Esta interpretación es el resultado del discurso sesgado en torno a los cánones estéticos y la identidad.
Los prejuicios sobre el pelo rizado volvió a alcanzar notoriedad por la acción de la Ministra de Educación Superior del país, Ligia Amada Melo, quien en una infeliz reproducción de ese falso esquema fobioidentitario, agredió a una brillante joven profesional negándole una beca de estudios de postgrado en el exterior, porque cuando fue a solicitarla acudió con su “afro” rizado.
La mujer agredida, graduada de Licenciatura en Ciencias Políticas en la UASD, hizo pública a través de las redes sociales digitales la agresión-discriminación a que fue sometida por su cabellera. Lo mínimo que la Ministra debe hacer es pedirles perdón a la joven y al país y presentar renuncia al cargo.
Fue una tamaña metida de pata de la anciana educadora y funcionaria. Le salió el racismo. La torpeza de la ministra -que odia el afro y los rizos- visibiliza la magnitud del racismo actitudinal en la República Dominicana. Parece que detestamos como pueblo nuestra construcción etnoracial y por tanto no nos queremos como somos.
La discriminación de la Ministra Melo viuda Cardona a las mujeres con pelo ensortijado es la evidencia de que la negritud -como he sostenido antes- es la herencia incómoda de los dominicanos.