Adiós a Armando Ribas, el más liberal de los cubanos

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EL AUTOR es comunicador. Reside en Santo Domingo.

Conocí a Armando Ribas en la Liberia Universal de Manuel “El Gordo Salvat” en la calle 8 del suroeste de Miami, donde todos los cubanos nos reuníamos para hablar hasta el inventor de las croquetas. Sentado, pensativo y cabizbajo estaba ese enigmático cubano-argentino llamado Armando Ribas.

«Vivir sin libertad no vale la pena», era una de las frases preferidas de Armando Ribas, nacido en Cuba en 1932 y fallecido este viernes en Argentina a los 87 años.

En esos días del año 1994 del siglo pasado Ribas había publicado su magnífico libro “Cuba entre la independencia y la liberad.” Ese mismo año Ediciones Universal había escrito, “Habla el coronel Orlando Piedra.” Cuando me lo presentaron con una sonrisa a flor de piel me dijo: “Señor Raimundo, Fidel debe estar bastante enfadado con usted, porque con ese libro hasta Satanás se enfada de tantas verdades dichas.”

Abogado, profesor de filosofía política, economista, consultor de empresas, profundo conocedor de la historia universal, ensayista, columnista, poeta, le gustaba cantar boleros, tangos e incluso arias de óperas, y siempre tenía a mano una máxima para explicar con claridad fenómenos sociopolíticos, culturales o económicos contemporáneos.

El tema cubano siempre lo apasionó y se dio la satisfacción de escribir el ensayo antes mencionado para explicarle al mundo el caso de la revolución cubana. Siempre hablaba de lo que eran las sociedades felicites y afirmaba que la cubana donde se formó no era feliz.

«El Socialismo es la denominación que le dio el Iluminismo a la demagogia»; «El socialismo se forja en la envidia, se administra desde la hipocresía, genera la pereza y destruye la riqueza», y «Educar con marxismo es como amamantar con alcohol», son algunos de ellos.

También: «La igualdad económica requiere una gran desigualdad política, es decir falta de libertad y de derechos». Y en contraposición opinaba: «La derecha no es contagiosa, porque la responsabilidad no es un virus».

Sin perder jamás su amor por Cuba, Ribas se enamoró de Argentina. En su poema A la Argentina, lamenta que el país suramericano dejara de ser una de las primeras economías a nivel mundial (datos del Proyecto Madison afirman que Argentina ocupó el primer puesto en el ranking de PBI per cápita entre 1895 y 1896):

¿Qué pasó que aquella tierra, de libertades enhiestas,
se abandonará al azar, de brumosas enseñanzas
que aquella Europa aciaga, sus deletéreos ensayos,
casi un siglo padeciera?

¡Levántate y anda Argentina!
¡Súbete presto a las alas, de aquel Cóndor seductor!
¡Y junto al águila hermana, que en el norte se desplaza,
hagamos una vez más, de América lugar de ensueño,
de paz y de Libertad!
 

«Explicaba con conocimiento profundo las raíces filosóficas de la línea liberal que va de la Revolución Gloriosa a la independencia de los Estados Unidos, con su máxima expresión en el prolífico pensamiento de sus padres fundadores. Insistía una y otra vez con diferenciar esa tradición del horror colectivista de la Revolución Francesa. Pero también podía analizar los acontecimientos económicos con solvencia conceptual y rigor técnico reconocido. Era un seguidor consistente de David Hume. Por eso para él no había un Occidente, había por lo menos dos. A ese asunto le dedicó su último libro, La falacia de la civilización occidental y uno anterior llamado ¿Quién es Occidente?», escribió en Infobae el autor de 10 Ideas falsas que favorecen al despotismo. Las dictaduras del siglo XXI en las mentes de sus víctimas.

Fue un defensor del sistema capitalista. En su libro Rule of Law: The Path to Freedom afirma: “Existe en la historia un solo sistema que permite la libertad y la creación de riqueza, y ese es el sistema liberal, el rule of law “.

En uno de sus últimos artículos, Cuba, entre la ley de Murphy y el gatopardismo, Ribas advierte: «Hoy vemos con desasosiego la distorsión histórica que prevalece, no sólo en nuestro continente al sur del Río Grande sino igualmente en Europa. Así prevalece la creencia humanística de la democracia, que Fidel Castro rescató a Cuba de la tiranía de Batista y por supuesto de la mafia americana. Prevalece así una visión distorsionada de la historia en América Latina según la cual el problema no fue provocado por la subversión marxista sino por los militares que nos libraron de ella. Se pretende ignorar así los crímenes cometidos por los autotitulados idealistas, olvidando las sabias palabras de Hume cuando dijera: “Cuidémonos de aquellos que están dispuestos a morir por sus ideales, pues generalmente matan». Y en el olvido de esa realidad se han ido apoderando del poder bajo el supuesto de la democracia y el bien común».

Esperanza:

Un destello de luz en mi camino
de sombras tantas veces desbordado
Resplandece en mi cielo deslumbrado
y así he vuelto a creer en mi destino

Yo sé bien que en su paso por la vida
el alma también vive de ilusiones
soportando estoicamente decepciones
y se aferra a la imagen más querida.

Qué pesares me aguardan todavía
en la lid de soñar en mis andanzas
sí estoy solo luchando cada día.

Esperando vencer las asechanzas,
soy feliz al reencontrar la poesía
de vivir otra vez con esperanza.

De Ribas podré decir que el hombre no es eterno, pero puede ser, y es acaso, una manifestación de la eternidad: la sombra de algo que existe realmente… el pasa y algo queda. Ribas para muchos será un Sol sin nombre, que está por encima de todos los cielos, de todos los dioses y de todos los hombres.

En una ocasión José Martí afirmó, “los hombres viven como si la vida se acabara con la muerte, y es necesario tener piedad de ellos para que se aterren luego, y decirles que la vida no se acaba.”

El dulce cantor de Israel lo afirmó en el Salmos 42:11

¿Por qué voy a inquietarme?
¿Por qué me voy a angustiar?
En Dios pondré mi esperanza,
y todavía lo alabaré.
¡Él es mi Salvador y mi Dios!

Luis Bernal Lumpuy,  fiel amigo y hermano dio a conocer la noticia.

cafebambu76@gmail.com

JPM/of-am

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